"Reconstruyamos la Esperanza: hacia una gran alianza ciudadana"

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JUN
12
2017
Silvano Aureoles Morelia, Mich. Como miles de mexicanos mi ingreso a la política fue inspirada por un movimiento
independiente y ciudadano, que trazó el rumbo de la democracia moderna de nuestro país. Me
refiero al "Frente Democrático Nacional" encabezado por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.
La esperanza de un futuro democrático, con justicia y dignidad para nuestro país, que este
movimiento construyó fue capaz de aglutinar a mujeres y hombres de diversos orígenes bajo
una visión progresista, moderna y de izquierda y con el ingreso del Partido Mexicano Socialista
encabezado por Heberto Castillo y Gilberto Rincón Gallardo se adoptó una plataforma con la
cual buscábamos poner fin al autoritarismo y a la simulación en los procesos electorales y al
mismo tiempo construir un gobierno capaz de dar respuesta a los reclamos ciudadanos de
justicia, desarrollo con igualdad de oportunidades y respeto a todos y cada uno de los derechos
humanos. Esta plataforma se convirtió en el motor de nuestro movimiento y también de la
acción política de quienes más adelante formaríamos el Partido de la Revolución Democrática.
Si bien, el triunfo del ingeniero Cárdenas no fue reconocido, derivado del movimiento se dieron
cambios positivos en nuestro país. Uno de ellos fue quitar de las manos de la Secretaría de
Gobernación el proceso electoral y dárselo a las y los ciudadanos representados en instituciones
independientes, esto daría la certeza de que su voto contaría y sería respetado. Elemento
indispensable para la democracia.
Por supuesto, el contexto actual dista mucho de aquella que dio origen al Frente Democrático
Nacional. Sin embargo, las reivindicaciones sociales siguen pendientes y muchas de ellas
agravadas por un contexto de violencia, impunidad y ausencia de un estado de derecho que ha
mantenido en la indefensión a millones de personas. Aunado a esto, nuestro sistema
democrático continúa enfrentando los mismos problemas del pasado y algunos de reciente
creación como: el robo de urnas; la inducción al voto; el uso de programas gubernamentales
con fines electorales y el exceso de gastos de campaña, por mencionar algunos. Lo anterior a
pesar del enorme costo económico que se le asigna a la defensa de la democracia y sus
instituciones.
Sí, hoy tenemos una democracia costosa y poco eficiente que no ha logrado reducir la
desconfianza ciudadana hacia nuestro sistema electoral.
Hoy de cara al 2018 quienes formamos parte del PRD reencontrarnos con nuestro origen y con
nuestros principios es una necesidad si confiamos en que en las siguientes elecciones podemos
ser una alternativa esperanzadora para México.
Estos nuevos tiempos demandan más que una alternancia en el poder, requieren de un cambio
radical que sólo puede ser posible con un gobierno de izquierda moderna. Y estoy convencido
que esto no sólo es posible sino necesario.
Ni autoritarismo ni demagogia; necesitamos ofrecerles a las y los mexicanos un desarrollo
económico y humano sustentable, que haga realidad la igualdad de oportunidades para todas y
todos. Un gobierno que se comprometa con los derechos humanos, en donde todas las personas
puedan ejercer sus derechos plenamente y existan autoridades para su defensa. Ni tortura, ni
desapariciones forzadas, ni ejecuciones tienen cabida en la democracia. Por ello, es urgente un
proyecto de gobierno que haga de la transparencia su bandera, pero sobre todo un proyecto de
gobierno que respete las libertades democráticas y la identidad de todas las personas, y que
tenga como eje la construcción diaria de un estado de derecho.
Para lograrlo, es tiempo de pensar que una gran alianza ciudadana como la que vivimos en
1988 es posible. En donde tengamos cabida todos los hombres y mujeres que aspiramos a ese
futuro para nuestro país.
En mi vida política he encontrado coincidencias con personas de diversas expresiones políticas,
estoy seguro que quienes queremos a México estamos dispuestos a caminar juntos, bajo un proyecto que ponga en el centro el bienestar de las personas.
Hoy somos mayoría los que podemos y debemos coincidir.

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