En la lucha contra la delincuencia en el estado, en este año murieron 72 presuntos criminales, así como al menos tres soldados y hubo aproximadamente siete efectivos castrenses lesionados.
El número de balaceras entre militares y gatilleros fue de 46 y no fue menor que en otras temporadas, ya que en 2011 se registraron 55, según datos de la propia Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Los tiroteos en muchas ocasiones fueron cruentos, como el del miércoles 4 de enero, recién empezaba el presente año cuando el personal militar perseguía tres camionetas donde viajaba gente armada, pero de pronto un cuarto vehículo se les atravesó para cubrir la huida de sus secuaces y ahí se inició la balacera a quemarropa.
En el intenso tiroteo que duró escasos minutos, un pistolero murió al igual que un soldado, mientras que cuatro militares resultaron heridos, así como por lo menos ocho gatilleros, quienes huyeron en diferentes direcciones gravemente lesionados, varios de ellos ya sin brazos o sin manos.
Este hecho se registró cerca de las 11:30 horas de aquel día, en la carretera Tangamandapio-Jiquilpan, justo en la salida de la población de Santiago Tangamandapio, en el municipio del mismo nombre. En donde tanto como maleantes y uniformados se arrojaron granadas explosivas y de fragmentación.
Otra de las refriegas con mayor intensidad fue la que hubo entre la noche del 15 de septiembre y la madrugada del 16, en la localidad de Puerto de Pucuato, en Ciudad Hidalgo, donde había una narcofiesta, en esa ocasión el saldo fue de tres pistoleros muertos y seis vehículos asegurados, además de que las autoridades militares sospechan que hubo más de una decena de heridos, pues en la reunión había por lo menos 40 empistolados, varios de ellos que huyeron al internarse en la serranía para no ser detenidos por los representantes de la autoridad.
El enfrentamiento más reciente entre criminales y soldados también fue agudo, ocurrió el domingo 18 de noviembre, en el centro de Ocampo y dejó un militar y un maleante muertos, además de un uniformado herido.
También concluyó con el arresto de 10 policías de Ocampo, quienes fueron trasladados al Centro de Investigaciones Federales de la Ciudad de México, acusados de cubrir el escape de tres gatilleros y señalados como probables responsables de los delitos de homicidio calificado, homicidio en grado de tentativa; lesiones; y violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.
En este contexto, la 21 Zona Militar informó que los municipios donde más balaceras hubo contra pistoleros fueron Tuzántla y Tiquicheo, con cuatro eventos registrados en cada uno.
Los otros lugares donde periódicamente hubo tiroteos fueron Zamora, Ario de Rayón, Tangamandapio, Chilchota, Tanhuato, Los Reyes, Ciudad Hidalgo, Peribán, Purépero, Jungapeo, Tacámbaro y Ecuandureo.
Siempre en medio del delgado margen que divide la vida de la muerte, los militares patrullaron los rincones y las ciudades de Michoacán para garantizar la seguridad de los ciudadanos y como su lema lo dice: Siempre leales, lograron detener en este año a 644 presuntos delincuentes, en diferentes acciones.
Igualmente aseguraron mil 300 armas largas, 700 pistolas, 4 mil cargadores, 95 mil cartuchos (de diferentes calibres), 63 granadas, 834 vehículos, un aditamento lanzagranadas y un lanzacohetes, estos dos últimos en operativos ejecutados en Chavinda y en Churintzio.
Además lograron liberar a 22 personas que estaban secuestradas, entre ellas varios comerciantes, quienes pudieron regresar sanas y salvas al lado de sus familias, gracias al trabajo hecho por la milicia.
Cabe destacar que también en julio de este año se fue el 37 Batallón de Infantería que estaba asentado en Zamora, el cual era tal vez la unidad más aguerrida de la 21 Zona Militar y en su lugar llegó el 17 Batallón de Infantería que hasta la fecha ha realizado una buena labor en el combate a la delincuencia y ha apoyado contra la tala ilegal con las cinco Bases de Operaciones Mixtas que hay en la Meseta Purépecha.
En 2012 como en otros años, la presencia del Ejército Mexicano en las calles ha sido fundamental, desafortunadamente en el cumplimiento de su deber algunos soldados han perdido la vida, pero siempre serán recordados con honor por entregar lo más valioso de ellos mismos para proteger a los habitantes de estas tierras purépechas que los han adoptado como sus propios hijos.