El Gobierno de Silvano Aureoles Conejo ha logrado impactar de manera contundente y exitosa el agro michoacano, a través del Programa de Agricultura Sustentable. Gracias a este programa se ha triplicado la productividad, así como restaurado la fertilidad y nutrición de los suelos, siendo amigable con el medio ambiente.

Al respecto, Rubén Medina Niño, titular de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroalimentario (Sedrua), resaltó que en año y medio de haberse arrancado el programa, se han rebasado las 20 mil hectáreas de cultivos en 77 municipios, llegando a más de 6 mil familias de productores, quienes participan con más de 42 cultivos.

Medina Niño destacó que este programa se ha convertido en una política pública muy reconocida por los hombres y las mujeres del campo. Durante este periodo, dijo, se distribuyeron más de 270 mil litros de bio insumos para fomentar la agricultura orgánica y protección al medio ambiente.

Lo más importante es que se están produciendo granos, hortalizas y frutos orgánicos de alta calidad agroalimentaria; además de contribuir a mejorar el medio ambiente, preservando los recursos suelo, agua y aire. Este novedoso programa, cuenta también con capacitación técnica especializada, gracias a todo este paquete, en cultivos de maíz se duplicaron y hasta se han triplicado los rendimientos.

Sostuvo que las técnicas agroecológicas del Programa de Agricultura Sustentable continúan dando testimonios de los buenos resultados a lo largo y ancho de la geografía estatal.

Dio a conocer que en el 2019 se impulsaron alrededor de 8 mil hectáreas y en el año 2020 se rebasaron las 13 mil, dejando contentos y muy satisfechos a quienes han participado con cultivos como maíz, ajonjolí, trigo, sorgo, lenteja, arroz, mango, coco, papaya, arándano, fresa, limón, guayaba, jitomate, o chile, por citar algunos cultivos.


Al hablar de los beneficios del programa, el secretario Medina Niño citó: se recupera la nutrición y fertilidad de los suelos; se potencia la producción, duplicándola en algunos casos y se tiene una menor inversión por hectárea.

Se producen alimentos sanos y orgánicos; se ayuda al medio ambiente, no se contamina suelo, agua y aire; se brinda asistencia técnica de especialidad; se aprende también a elaborar sustancias acuosas para fumigar contra plagas, además de promover los huertos familiares, agregó.