Con total libertad en Morelia, operan comercios que en base a sus reglas, agreden e incumplen a personas que muerden el anzuelo tal es el caso de la Mueblería DICO donde venden al contado mercancía descontinuada y para regresar el dinero al cliente, lo someten a desatenciones, agresiones, pérdidas de tiempo y hasta burlas.

En un caso específico, el pasado 8 de marzo, se realizó la compra de CONTADO de una recamara con el compromiso de que sería entregada a domicilio a más tardar en 20 días; fue a principios de este mes cuando empezó el peregrinar de la clienta quien acudió a la tienda para conocer que estaba pasando (a la fecha no hay respuesta).

Fue atendida por una ejecutiva quien se comprometió a considerar el caso y al siguiente día llamar a la afectada antes de la una de la tarde; no cumplió con la atención por lo que la clienta acudió a tienda y la misma ejecutiva con explicaciones cantinflescas, concluyó diciendo que como el agente que vendió fue "Christian" y anda de vacaciones, pues hay que esperar a que llegue.

En un día más de peregrinar de la clienta, fue atendida por un ejecutivo (varón) quien "explicó" exactamente lo mismo y ante la molestia de la respuesta una tercera ejecutiva comentó que ella conocía de la cancelación de una recamara de este tipo sin embargo ante la pregunta de si la tienda establecía un compromiso lo plasmaran en la factura de compra, explotó en cólera.

Para esa tercera ejecutiva la petición de un compromiso por escrito, fue motivo de una agresión más, dijo que por supuesto que eso no se podía hacer y qué mejor no se metía, que había que esperar a Christian, y ante la reflexión de que ?está de vacaciones-, con violencia y tono agresivo respondió, "pues trabajamos todo el año y tenemos derecho a descansar", situación que hizo evidente la falta de compromiso, tacto y profesionalismo para atender a un cliente. En este caso la clienta lo único que busca es respuesta al compromiso de la tienda en el que nada tienen que ver las condiciones laborales de un trabajador.

Se confirma lo anterior con otra agresión porque las ejecutivas se levantan de su lugar y quedando a espaldas de la clienta, se hacen señas con el ejecutivo varón.

El fraude de esta tienda consiste en la mentira con que enganchan al cliente y sin la menor consideración y mucho menos atención o respuesta, luego de la venta, se deslindan de todo compromiso y se sobrevienen desatenciones, agresiones y burlas.