Continuidad con sabor a cocineras tradicionales Ignacio Martínez, 06/10/2014
Morelia, Mich.
Recuerdo a Genovevo Figueroa Zamudio Secretario de Turismo en las administraciones de Lázaro Cárdenas Batel y de Leonel Godoy en su oficina emocionado hablándome de una idea, la de reconocer el trabajo de las cocineras tradicionales de Michoacán, de mostrar los olores y los sabores que surgían de las manos de mujeres y hombres michoacanos en busca de reconocimiento.
Recuerdo también un libro "Paranguas" que fue editado por el gobierno michoacano en una época donde se hacían libros de contenido turístico cada año.
El trabajo en un principio fue difícil, convencer a esas mujeres y hombres primero a ganarse su confianza bien perdida por décadas que sólo los partidos políticos y el gobierno las utilizaban en campañas, luego convencerlos a participar.
Nunca imaginó en aquel primer encuentro Genovevo lo que sería de su idea, como niño hambriento en busca de comida lo recuerdo tocar puertas de sus amigos políticos a nivel federal, hacer una muestra gastronómica en Madrid y bueno una vez apasionado del tema buscar que la comida michoacana como expediente se convirtiera el patrimonio cultural de la humanidad cosa que se logró.
Todos jalamos parejo y digo todos, porque fue el gobierno del estado, el gobierno federal, las cocineras, investigadores, trabajadores del equipo de turismo, medios de comunicación que logramos el milagro, todos apasionados por nuestra cocina.
Hoy somos punta de lanza en el Encuentro de Cocineras Tradicionales, nos ha copiado incluso el estado de Guanajuato y consiguió ser la capital iberoamericana de la gastronomía en 2015.
Michoacán será la sede del Encuentro Nacional de Cocineras Tradicionales a realizarse en 2015. Hoy vemos a Doña Benedicta o a Doña Juanita o a Rosalba presentarse en foros nacional en internacionales, hablar de sus experiencias, del día que viajaron por primera vez en avión o del día que le cocinaron al Papa Benedicto XVI
Las mujeres y hombres cocineros huelen a humo, lloran por la irritación de sus ojos, mueven sus manos cadenciosamente para hacer las tortillas o amasar el maíz, tienen tiempo además para aconsejar a los chicos de diversas escuelas de gastronomía de varias universidades de Morelia que se agolpan para recibir la sabiduría de sus maestras cocineras tradicionales.
Muchas de ellas como Doña Esperanza "Lanchis" de Zacán han tomado como hijos e hijas a los futuros chefs de Michoacán.
Un éxito conseguido por la gente de nuestra tierra y donde la continuidad que le otorgó Roberto Monroy ha logrado lo que hasta ahora, miles de personas en un sitio de encuentro en los jardines del orquidario, ya insuficiente para la realidad del éxito.
Esa continuidad y constancia ha dado sus frutos o mejor dicho a dado sus alimentos.
Un ejemplo que lo podemos lograr con organización, trabajo en equipo y pasión. Vaya un modesto reconocimiento a este nuevo Encuentro de Cocineras tradicionales en Morelia un producto turístico hecho a mano y con corazón en nuestra tierra.