El Juez de Primera Instancia en Materia Penal de Ciudad Hidalgo, dictó formal prisión al director de Seguridad Pública de Irimbo al encontrar elementos suficientes en base al señalamiento en su contra por un afectado del delito de extorsión.

Noé Guzmán Corona, se encuentra recluido en el Centro de Reinserción Social de la ciudad de Zitácuaro, en donde enfrenta el proceso penal número 14/2014 por el delito de extorsión en agravio de una familia de esta localidad de la que se omite su identidad para evitar represalias en su contra. También, quedó demostrado el delito de abuso de autoridad.

Investigaciones periodísticas revelaron lo anterior, conociéndose además que el resto de los policías, tanto de este municipio como de Ciudad Hidalgo, obtuvieron su libertad por falta de pruebas para procesar bajo las reservas de Ley, al no desprenderse datos que hagan probable su responsabilidad penal, en cuanto partícipes, en la comisión de los delitos de abuso de autoridad y extorsión agravada.

El pasado 11 de marzo Noé Guzmán Corona, al desempeñarse como director de Seguridad Pública de este municipio, fue detenido por agentes policiales estatales junto con sus elementos y una mujer que ocupa un cargo administrativo, por su presunta relación en el delito de extorsión en agravio de una familia a la que exigían una factura de una camioneta que ya días anteriores les habían quitado.

Por lo anterior, la parte agraviada denunció los hechos y tras pedir el auxilio de autoridades estatales se logró detenerlos alrededor de las 20:00 horas pero, al momento de la detención policías municipales de Ciudad Hidalgo quisieron, presuntamente, impedir la labor de la justicia y también quedaron a disposición del Ministerio Público siendo consignados todos por diversos delitos.

Fue entonces que, los uniformados fueron trasladados ante las instancias legales en donde fueron consignados, sin embargo, el Juez competente en materia penal otorgó la libertad a los servidores públicos, excepto a Guzmán Corona a quien sí le dictó el auto de formal prisión por extorsión, por lo que, al tratarse de un delito grave pero que se torna aún más delicado por tratarse de un delito cometido por un agente policial, no alcanza ningún beneficio de parte de la Ley, por lo que enfrenta su proceso en el Cereso de la ciudad de Zitácuaro.