Londres despidió con una fiesta llena de melancolía y con el grupo Coldplay como protagonista los que han sido calificados como los mejores Juegos Paralímpicos de la historia, tanto por su nivel competitivo como por el entusiasmo generado.

Con el Estadio Olímpico nuevamente lleno hasta el tope, el plato fuerte de la velada fue la banda de brit pop, que se puso a los espectadores en el bolsillo con canciones como "Yellow", "Paradise", "Speed of Sound" o "Viva la Vida", en compañía de Mat Fraser, un baterista con malformaciones en los brazos.

Uno de los momentos más esperados de la noche fue la aparición de Rihanna sobre césped del Estadio Olímpico. La cantante cruzó el Atlántico para apoyar a los atletas paralímpicos.

"Estar en esta ceramonia es el mayor honor", dijo Rihanna, que eligió para la ocasión un original vestido naranja, que luego se cambió por un conjunto negro con transparencias que resaltaba mucho más su figura. "Estos atletas son gladiadores y una auténtica inspiración para mí", declaró la cantante que interpretó junto a Chris Martin los hits "Princess of China" y "We found love".