Tras la trágica explosión de un artefacto improvisado en una parcela de limón en Santa Ana Amatlán, municipio de Buenavista, donde murieron dos jornaleros, la Fiscalía General del Estado de Michoacán (FGE) mantiene abierta la investigación y analiza diversas líneas sobre la naturaleza del incidente.

El fiscal general Adrián López Solís declaró hoy ante la prensa que si bien se han llevado a cabo las diligencias iniciales, incluyendo la recolección de evidencias y las autopsias de las víctimas, aún no se puede descartar ninguna hipótesis.

"Ya en la ampliación de la información hay datos que pudieran sugerir que no necesariamente son víctimas, que pudieran en alguno de los casos estar manipulando el artefacto explosivo improvisado," expresó López Solís.

Sin embargo, aclaró que esta posibilidad aún no está confirmada y que se sigue investigando la versión inicial de que los fallecidos eran trabajadores agrícolas que realizaban sus labores cuando ocurrió el estallido.

El suceso tuvo lugar el pasado 8 de febrero, cobrando la vida de José L., de 43 años de edad, quien murió en un hospital debido a la gravedad de sus heridas, y de Pablo R., un menor de 15 años, que falleció en el lugar de la explosión.

Las autoridades federales y estatales han reforzado la presencia de fuerzas de seguridad en la región para prevenir más incidentes relacionados con explosivos improvisados. Mientras tanto, la FGE continuará con la investigación para esclarecer los hechos y determinar con certeza si las víctimas fueron atacadas o si, como sugiere una de las líneas de investigación, tuvieron contacto directo con el artefacto antes de la detonación, siendo presuntos involucrados en alguna actividad de un grupo delincuencial.