La Justicia en Morelia: todo el peso de la ley contra este anciano
Redacción IM Noticias, 08/11/2012

La Justicia en Morelia: todo el peso de la ley contra este anciano
Morelia, Mich.

Camina pesada y lentamente, cargando sus 78 años de edad con una vida humilde, llena de privaciones y en donde la venta de dulces le ha dado para comer por muchos años.

¿Su lugar de trabajo? Las calles de Morelia, particularmente en los últimos tiempos en las que se encuentran en los alrededores del Hospital del IMSS Camelinas.

Se levanta muy temprano para ir a su trabajo que es la calle, sólo que también se ha enfrentado en los últimos días con "la justicia", esa "justicia" implacable que paso a paso camina por la ciudad de Morelia evitando el comercio informal, esa "justicia" que impide que un buen hombre venda en la calle unos cuantos dulces para sostener a su familia y así mismo, esa autoridad que se está "fajando los pantalones" con los vendedores y comerciantes informales y que exigen estén en el padrón de contribuyentes o al menos en el padrón de aquellos que pueden pagar "una mordida" a esa "autoridad ejemplar".

Esa "autoridad" que no es capaz de enfrentarse a un grupo de seudo estudiantes que bloquean calles, secuestran vehículos, queman unidades del servicio público, dañan a terceros, bloquean vías de comunicación y arteramente amagan a los automovilistas sí no les dan dinero con golpear y dañar el vehículo, esa "autoridad" sí es capaz de aplicar "su justicia" a este hombre, con este anciano, con el sí pueden!

Ya fue llevado a barandilla donde permaneció seis horas debido a que estaba vendiendo dulces en la vía pública y que no tuvo para pagar cuarenta pesos diarios a los eficaces inspectores del comercio del ayuntamiento de "mordida" para que lo dejaran seguir vendiendo.

Señor Presidente Municipal Wilfrido Lázaro Medina, no nos decepcione usted también al impartir "justicia", ojala tengan más criterio su Director de Mercados y comercio en la vía pública, su Director de Reglamentos, sus inspectores y usted mismo.

Es un anciano que prefiere ganarse unos cuantos pesos dignamente y no es un hombre drogado que insulta al limpiar vidrios de automóviles en las esquinas, no bloquea carreteras, no bloquea las calles céntricas, no quema autobuses, no quema y destruye escuelas, es sólo un anciano que vende dulces. ¡Ayudémosle!