Masacre en Siria deja cientos de muertos
Redacción, 07/06/2012

Masacre en Siria deja cientos de muertos
Damasco
Decenas de personas, incluidos mujeres y niños, murieron en una nueva masacre en Siria, en un acto condenado unánimemente y que llevó a la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, a pedir la salida del poder del presidente Bashar Al Asad.

Menos de dos semanas después de la masacre de Hula, que ya había provocado una indignación generalizada, el Consejo Nacional Sirio (CNS, principal núcleo opositor) y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) denunciaron en la noche del miércoles la matanza de Al Kubeir, en la región de Hama (centro del país).

En Estambul, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, calificó este jueves la matanza de "inadmisible" y sostuvo que el presidente sirio debe abandonar Siria. La violencia del régimen, de la que fuimos testigos ayer en Hama, es simplemente inadmisible. Asad tiene que traspasar el poder y abandonar Siria", declaró Clinton en una rueda de prensa en Estambul.

Por su parte, el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores ruso, tachó la masacre de "bárbara", pero añadió que se trataba de una "provocación" que tenía por objetivo hacer fracasar el plan de paz elaborado por el emisario internacional Kofi Annan.

Este mismo jueves, durante una visita a Noruega, el primer ministro británico, David Cameron, llamó a la comunidad internacional a "hacer mucho más para aislar a Siria, para aislar al régimen, para hacer presión y mostrar que el mundo entero desea una transición política de este régimen ilegítimo a uno que cuide de su propia gente".

En este contexto macabro, Annan, quien según algunos diplomáticos comienza a admitir el fracaso de su plan de paz para Siria, habló ante el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la ONU para proponer un grupo ampliado que haga respetar la propuesta, o elaborar un "plan B".

Los observadores de Naciones Unidas que intentaban llegar al lugar de la nueva masacre en Siria fueron atacados con armas de fuego, dijo este jueves el secretario general de la ONU, quien calificó la última matanza como "chocante e inadmisible" y afirmó que el presidente Al Asad ha "perdido toda su legimitidad".

Por su parte, el enviado de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, expresó "horror y condena" por una nueva masacre en ese país y llamó a "un nuevo nivel" de acción internacional para poner fin a la violencia.

Por lo menos 55 personas fueron asesinadas en la matanza en la localidad de Al Kubeir, en Hama, afirmó este jueves a la AFP el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.

"Hasta ahora 49 víctimas ya han sido identificadas en la aldea de Al Kubeir, casi todas de la familia Al Yatim", dijo Rahman, quien precisó que "entre las víctimas figuran 18 mujeres y niños". Otras seis personas murieron en una aldea agrícola próxima de Al Kubeir.

En su primer informe, el CNS mencionó que "80 personas, incluyendo 22 niños y 20 mujeres, fueron masacrados en la localidad de Al Kubeir por el régimen criminal" de Bashar Al Asad.

El gobierno llegó a negar que se haya producido la matanza. "Eso que algunos medios de comunicación afirman que ocurrió en Al Kubeir es completamente falso", afirmó una fuente oficial, alegando que "un grupo terrorista cometió un crimen abyecto en la región de Hama, con 9 víctimas".

Las informaciones sobre la matanza no han podido ser confirmadas por fuentes independientes. Los observadores de la ONU, desplegados en el país para verificar el respeto del alto el fuego, no pudieron entrar a Al Kubeir porque se lo impidieron los "retenes del ejército", informó el jefe del equipo, el general Robert Mood.

El CNS llamó a intensificar las manifestaciones durante este jueves y el viernes para protestar contra la nueva masacre.

La cofradía de los Hermanos Musulmanes advirtió en un comunicado de que "el régimen de Al Asad y sus chabiha continúan con sus actos al tiempo que los civiles desarmados no encuentran medios para defenderse por sí mismos".

El 25 de mayo, por lo menos 108 personas, incluyendo 49 niños y 34 mujeres, fueron masacradas en Hula, en el centro del país. Tanto el gobierno como los insurgentes armados negaron toda responsabilidad, mientras una fuente de la ONU dijo que había "fuertes sospechas" de que se tratara de una acción de milicias del régimen.