Ciudadanía de la capital michoacana percibe mayor delincuencia que en tiempos de la presidencia municipal de Fausto Vallejo Figueroa, actual gobernador de Michoacán, esto ante las declaraciones del munícipe, Wilfrido Lázaro Medina, referentes que en datos duros la incidencia delictiva se muestra a la baja.

La señora Luisa Hernández manifestó que si bien el anterior alcalde realizaba
una mejor labor referente a seguridad, no así en su papel como ejecutivo del estado, exigió a Lázaro Medina poner a sus policías municipales a trabajar y no sólo a robar mediante el cobro de mordidas para no imponer multas a la ciudadanía.

Expresó su enojo de no ver ninguna diferencia de que la ciudad tenga ya una policía municipal a antes, porque manifiesto que cuando hay un asalto son los últimos en aparecer.

Por su parte, el señor Gilberto Macías consideró que el gran problema de la ciudad es la corrupción de sus autoridades y que dejan a merced a la población del malhechor.

Si bien tuvo a cuenta que los policías municipales que tiene la capital michoacana son quienes han pasado sus exámenes de confianza, negó que éste hecho se vea presente en los altos mandos que no se ve cambio alguno.

Asimismo, Manuel Núñez manifestó que para él fue un problema que se ha dejado crecer y que se ha tolerado por los pobladores al no proporcionarles por sus gobernantes los mínimos servicios públicos de la ciudad por los que se pagan impuestos, tal como alumbrado público óptimo y patrullajes efectivos u coordinados.

Vio como grave que la violencia vaya en crecimiento al no ser robos con objetos punzo cortantes sino con pistola en mano como grandes ciudades como el Distrito Federal.

Núñez estimó que la solución a la inseguridad no se ha encontrado por parte de las autoridades y que los pobladores prefieren cada vez más por vivir en fraccionamientos privados que en colonias de libre acceso para cualquier ciudadano.