Mujeres michoacanas se han unido para revivir una de las tradiciones más representativas de la región: el juego de pelota purépecha, cuyo nombre en lengua originaria es uárhukua. Esta practica ancestral, que es parte de la K'uínchekua 2025, es un homenaje a la rica herencia cultural de la entidad, y por primera vez, las mujeres tienen la oportunidad de ser protagonistas en "la fiesta de Michoacán".



Más que un juego, el uárhukua es una tradición viva, un vínculo entre generaciones. En este deporte, que demanda destreza y trabajo en equipo, se emplean bastones para impulsar una pelota encendida y pasarla a través de una meta. Su práctica simboliza un profundo respeto por la naturaleza y el espíritu comunitario.



Entre las participantes de este evento, destacan Karina Mendes y Elizabeth Jacinto, de Cheranástico; Dayanara Villa, de Tiríndaro; Marcela Porras, de Pátzcuaro; Dana Geraldine Paredes, también de Tiríndaro, y Epifania, de Angahuan. Ellas no solo representan a sus comunidades, sino que encarnan un firme compromiso con la preservación y difusión de sus tradiciones ancestrales.



El juego de pelota encendida es una forma de conexión profunda con la tierra y con la tradición de los pueblos originarios, y en este evento se resalta la importancia de seguir transmitiendo estas tradiciones, especialmente a las nuevas generaciones. La participación protagónica de las mujeres en la K'uínchekua 2025 es un paso importante para seguir fortaleciendo la identidad cultural de la región y mostrar que también tienen un papel fundamental en la preservación de estas prácticas ancestrales.



En la K'uínchekua se celebra la cultura michoacana en su forma más auténtica del 13 al 16 de marzo, teniendo como escenario las Yácatas de Tzintzuntzan, mostrando al mundo entero la belleza de las costumbres del estado y el poder de las mujeres en la comunidad.