El cambio de Gobierno en México ha propiciado ajustes en la estrategia en el combate a los cárteles de las drogas, acción que resintió Estados Unidos, luego de seis años de estrecha relación durante el mandato de Felipe Calderón.

La visita al país del presidente Barack Obama hoy y mañana, tiene que ver con este tema, y dos más que interesan sobremanera a ambas naciones: el intercambio comercial y las políticas migratorias.

El martes, Obama dijo que esperará a escuchar directamente a Peña Nieto antes de evaluar los cambios, prudencia que confirma una nueva era ahora que el PRI lleva las riendas de México, tras 12 años de ausencia.

La Casa Blanca ha tratado de minimizar un potencial distanciamiento. Distintas autoridades enfatizan que México ha mantenido a Washington al tanto de los cambios.

A pesar del claro enfoque en los temas de seguridad, los asesores de Obama dijeron que el presidente tratará de mostrar que los lazos entre ambos países son más grandes que la guerra contra las drogas que definió la relación en años recientes.