Barack Obama y Mitt Romney llegan a la cita con las urnas en un escenario electoral tan cerrado que recuerda los polémicos comicios de 2000 donde George W. Bush se llevó la victoria. Y es que con un país marcadamente polarizado entre demócratas y republicanos, la elección se definirá en nueve estados donde no es posible identificar una ventaja clara de alguno de los partidos.

Por un lado, Florida y Ohio (que les dio la victoria a los republicanos en 2000 y 2004, y a los demócratas en 2008) se encuentran prácticamente en empate técnico, según los datos publicados por Real Clear Politics, una agencia de información encargada en seguir minuto a minuto el cambio de las preferencias electorales en Estados Unidos. Por el otro, Virginia, Nevada, Wisconsin, Carolina del Norte, New Hampshire, Iowa y Colorado se mantienen en el aire con altas posibilidades de ser definidos por el voto latino, si es que deja de lado su habitual abstención, o de las mujeres.

Las urnas abrirán en la Costa Este de la Unión Americana a las 08:00 horas de México y cerrarán con la elección de delegados en Hawai prácticamente 16 horas después.

Se decidirán 538 delegados al colegio electoral, por lo que cualquier candidato que busque llevarse la elección tendrá que ganar los estados suficientes para reunir 270 (la mitad más uno) delegados.

Las encuestas realizadas en la Unión Americana indican una ligera ventaja de Obama sobre Romney (48 a 46% en promedio, cambia según el sondeo), aunque el suspenso se mantiene en los estados clave que pueden orientar la balanza a cualquiera de los dos candidatos.

También se renovarán los 435 asientos de la Cámara de Representantes, donde los republicanos actualmente tienen la mayoría; un tercio del Senado de la Unión, bajo control del Partido Demócrata y 13 gobernadores de entidades federativas.