Parácuaro lloró...recordando a AlbertoAida Espinosa, 29/08/2017
Parácuaro, Mich.
Parácuaro lloró, recordó, agradeció. Entre sonrisas y de fondo sus creaciones, así conmemoraron el primer aniversario luctuoso de El Divo de Juárez, Alberto Aguilera Valadéz.
Fue en punto de las 7:00 de la noche cuando las campanas del templo de este municipio replicaron como una invitación a reencontrarse con el Hijo Pródigo de esta tierra, por lo que el Santuario de la Asunción los recibió con los brazos abiertos, para recordar dulcemente a Juan Gabriel.
María Guadalupe Loya y su hermana, recordaron algunas anécdotas que de jóvenes vivieron con Juan Gabriel, como las veces que llegaba de madrugada a su rancho, o el gusto por uno de los platillos típicos michoacanos, la morisqueta.
"Mi mamá vendía cena. Vivíamos en la entrada, y él llegaba entre 1 o 2 de la mañana...llegaba, cenaba y luego se iba. Incluso nos pedía que para el día siguiente le guardáramos ?la natita' de la leche, que él decía que la disfrutaba mucho", comentaron.
Jesús Torres Castro fue su compadre, y él recibió varios consejos para la composición y la música, que es a lo que su familia se dedica.
"Era una persona con una facilidad para decirle a uno las cosas. Desafortunadamente no seguimos la ruta de la música a nivel profesional, pero nos sirvió los consejos que nos dio...", señaló.
Como parte del homenaje a un año de su partida, el ayuntamiento del municipio terracalenteño preparó un concierto con artistas nacionales e internacionales, entre los que destacaron Andrea Escalona, Guian y Arturo Rincón, jóvenes talentos que cantaron con el corazón a Juan Gabriel.
"Creo que Juan Gabriel es una eminencia a nivel mundial. No se necesita ser mexicano para concierto. Tú vas a Colombia y la gente sabe quién es Juan Gabriel...Se fue el grande y se fue como los grandes. Yo creo que lo más importante es lo que deja Juan Gabriel, que es un gran legado musical", comentaron ambos artistas.
Así Parácuaro recuerda al grande, a El Divo, al hijo pródigo de este rincón de Michoacán. Porque sin Alberto, no existiría Juan Gabriel.