Han pasado 60 días después de aquél en que los trabajadores del Parque Nacional "Barranca del Cupatitzio", miembros del Sindicato Nacional de Trabajadores Rurales, Industrias Agropecuarias en General, "Emiliano Zapata", afiliado a la Federación Revolucionaria de Trabajadores del Estado de Michoacán (FRTEM) debieron haber estallado una huelga por incumplimientos al Contrato Colectivo de Trabajo, por parte del patrón responsable en ese momento, así como por aumento directo al salario de todos y cada uno de los puestos de trabajo; sin embargo, como muestra de humanismo y respeto a la sociedad uruapense y el turismo en general, los obreros de esta maravilla natural hemos insistido en buscar una solución pacifica, sin llegar a la huelga u otra movilización. Esta es la actitud de este lado del problema, pero del otro, todo lo contrario, hay indiferencia total ante problema, nadie mueve un sólo dedo para atender las peticiones de los trabajadores, se ha solicitado la intervención de autoridades federales y nada; como el delegado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) Víctor Manuel Ávila Ceniceros, y el director de la Comisión Nacional de Áreas Naturales y Protegidas (CONANP), Humberto Gabriel Reyes, y, hasta el momento no hay lugar para ninguna plática, ni ofrecimiento de nada: sencillamente para los pobres sólo el olvido y el desprecio.
En la bella reserva ecológica existe una organización civil que se ha autodenominado "Patronato del Parque Nacional Barranca del Cupatitzio", que encabeza Eliodoro Cuiris Pérez, quien debe de promover todo tipo de gestiones, tanto de recursos materiales y económicos, no sólo para los gastos ya existentes en la reserva natural, sino para impulsarla y hacerl una verdadera atracción turística, capaz de brindar los servicios de diversión y atención a sus visitantes nacionales e internacionales, pero resulta que el patronato no tiene reconocimiento ante la CONANP, institución encargada de avalarlo y de darle formalidad, y precisamente por este hecho, no puede realizar ninguna de las acciones ya sugeridas. He ahí la primera anomalía.
Segundo, en el Parque Nacional hay un comisionado de la CONANP, Rafael Soriano, según dicen para que esté al pendiente de la reserva y mantenimiento de todas las especies de fauna y flora existentes en la zona reservada, pero, cuando al señor se le reportó que dentro del parque, "siete árboles tenían indicios de ser consumidos por una plaga peligrosa, capaz de contaminar a todos las demás plantas existentes a los alrededores", no hizo absolutamente nada y como consecuencia, hasta el momento más de 350 plantas han sido contaminadas y prácticamente destruidas.
Tercero, el Patronato Barranca del Cupatitzio tiene, además de Cuiris, un autonombrado "administrador", de nombre Juan Manuel Yahuaca, que no tiene nombramiento emitido por ninguna de las instituciones señaladas, pero sí gana veinte mil pesos a la quincena, labora en la zona de reserva dos horas diarias y descansa los martes; es vox populi que sólo él administra los ingresos de la venta ilegal de truchas, aguacates, café, madera, de 3 camionetas que pertenecen al parque nacional y otras anomalías, y por eso, para los castigados obreros, ya no queda nada, ni tan siquiera para cubrir los gastos diarios de sus familias.
Se justifica entonces, la denuncia realizada por el Comité Estatal del Movimiento Antorchista el pasado lunes nueve de junio, publicada en La Voz de Michoacán, que a la letra, dice: "El parque nacional Barranca del Cupatitzio? sigue sin cabeza legal, siguen los gastos inexplicables, sigue la carencia total de informes y siguen las explicaciones en el sentido de que `no hay dinero para pagar salarios´ a los trabajadores. No ha habido diálogo con nadie y ya se dice que ciertos grupos amparados con la denominación `sociedad civil´, que aparentan estar más allá de la política y del bien y del mal, se aprestan a tomar el control para beneficio particular".
A este parque todos le meten mano y todos lo saquean, no tienen piedad ni para el recurso natural ni para los trabajadores; por este hecho, los obreros hemos decidido realizar desde este momento, una serie de denuncias en contra de los malos manejos que se está haciendo del raquítico recurso que le ingresa a la reserva natural, así como la intervención seria y decidida del gobierno del Estado y de autoridades federales, para instrumentar el mecanismo que mejor sirva al desarrollo y mejoramiento de la antigua Quinta Ruiz, hoy parque nacional de todos. No se trata pues, de una terquedad y sinrazón producto del enojo, sino que estamos convencidos de que a este huerto maravilloso le urge ser administrado por hombres serios, responsables y honestos que hagan del parque un modelo turístico y una digna forma de vivir para sus responsables principales: los trabajadores.