La tormenta perfecta, la "tempestad grande y poderosa", como llamó el presidente Barack Obama al huracán "Sandy", cobró hasta anoche al menos 13 víctimas fatales.

El meteoro impactó al terminar la tarde de ayer con tormentas y vientos ciclónicos en Atlantic City, Nueva Jersey. El corredor de la Costa Este de Estados Unidos está colapsado por aire, mar y tierra.

Lluvias, inundaciones, árboles caídos y cortes eléctricos, tres millones de afectados dibujan un panorama desolador.

Las calles que conducen a la costanera de Atlantic City donde sus 40 mil habitantes fueron desalojados estaban inundadas y en la cercana Ocean City, una parte del paseo marítimo fue barrido por las olas cómplices de "Sandy".

Pero la situación de emergencia no para ahí.

Según los servicios meteorológicos, la extensión del huracán y la confluencia de un frente frío procedente de Canadá, vuelven a "Sandy" particularmente peligroso; entre los estadounidenses lo llaman "Frankenstorm" o la "tormenta perfecta".

Desde el satélite, la imagen del huracán sobre la franja costera que abarca unos 16 estados es una copia de los remolinos nubosos que Twentieth Century Fox inmortalizó en el año 2004, cuando llevó a la pantalla gigante la película El día después de mañana.

Ayer, las lluvias torrenciales y los vientos de 137 kilómetros por hora paralizaron el corazón estadounidense. La Costa Este, donde habitan entre 50 y 60 millones de personas, está en emergencia.

Nueva York, Washington y Filadelfia parecen ciudades fantasmas, sin autobuses ni trenes. Los evacuados superan el medio millón y las playas sufren los embates del meteoro, que a su paso por El Caribe dejó el saldo de 69 muertos.