El atentado en Manchester (noroeste de Inglaterra) causó la muerte a niños, indicó la policía británica el martes que revisó al alza el balance para situarlo en 22 muertos y 59 heridos.

El ataque fue perpetrado por un hombre que murió al accionar una carga explosiva en del recinto con capacidad de hasta 20 mil personas en donde finalizaba un concierto de la cantante estadounidense Ariana Grande al que asistían en su mayoría adolescentes, indicó la policía.

Las horas que siguieron al atentado estuvieron dominadas por la confusión habitual en estos casos, con las redes sociales llenas de mensajes de familiares y amigos que buscaban a sus allegados.

La premier británica, Theresa May, condenó los hechos y aseguró que las autoridades trabajarán "para determinar todos los detalles de lo que está siendo investigado por la policía como un horrible atentado terrorista".

Más tarde, un portavoz del número 10 de Downing Street, despacho oficial de la jefa de Gobierno, confirmó que primera ministra británica presidirá hoy una reunión del comité de emergencias Cobra para abordar la explosión entre miembros del Gobierno y altos cargos de las fuerzas de seguridad e inteligencia.

Por su parte, los responsables del pabellón afirmaron en que los hechos ocurrieron fuera del recinto. "Podemos confirmar que hubo un incidente cuando la gente salía del espectáculo de Ariana Grande. El incidente se produjo fuera del recinto, en una zona pública".

Algunos medios internacionales especularon que las muertes pudieron ocurrir luego de que la multitud saliera del lugar en estampida, pero no hubo confirmación alguna por parte de las autoridades.

Un asistente al concierto narró que poco después de que la cantante se despidiera del público "se produjeron grandes estruendos y la gente empezó a correr y gritar. Nos metimos en un ascensor (...) cuando se abrieron las puertas vi sangre en el suelo y dos personas heridas. Tenían sangre en toda su cara".