Secuestros en la historia.
Alejandro Vázquez Cárdenas, 18/03/2025

Secuestros en la historia.
Uruapan, Mich.
El secuestro es la privación ilegal de la libertad de una persona, generalmente con fines de extorsión, explotación o coacción. A lo largo de la historia, ha sido utilizado como una herramienta de guerra, una estrategia de control político y una forma de delincuencia organizada. Su impacto es devastador tanto para las víctimas como para sus familias y la sociedad en general.

Historia y antecedentes:

En la Roma imperial era un delito tan común como en la actualidad, pero existía y tenía diversas motivaciones, desde políticas hasta económicas. Quizá el caso mas famoso fue el del secuestro de Julio Cesar por un grupo de piratas. Julio César, en su viaje para ampliar su formación académica, fue secuestrado y estuvo retenido por más de un mes. Al final consiguió que pagaran por él 50 talentos, una enorme fortuna. Plutarco explica que el precio se había fijado en un principio en 20 talentos, pero el futuro dictador no estaba de acuerdo en la cantidad. "¿Veinte? Si conocieras tu negocio, sabrías que valgo por lo menos 50", reprochó. " Para entender el precio debemos recordar que un talento son 32 kg de oro.

Pero su venganza fue rápida y cruel, una vez liberado, ordenó inmediatamente la persecución de los piratas. Lanzó una escuadra contra ellos nada más desembarcar en la playa tras la entrega. En cuanto estos fueron capturados, los degolló y posteriormente los crucificó.

Pero no seria sino hasta la época de Pompeyo cuando se terminaría definitivamente toda la piratería en el mar Mediterráneo. El había pedido tres años al Senado para limpiar el mar , pero lo consiguió en tan solo tres meses. "La facilidad con que Pompeyo los eliminó supuso severas condenas de la negligencia que había permitido el auge tan prolongado de la piratería", relatan historiadores. Lo anterior demuestra que cuando se conjugan Poder y Voluntad estos asuntos se pueden arreglar con rapidez. Los castigos impuestos eran mas que severos, la Lex Julia promulgada por Augusto, castigaba a los responsables de secuestros con la pena de muerte sin más tramite; crucifixión o arrojados a las bestias en el circo.

Ya en la Edad Media los asaltantes y bandidos secuestraban a comerciantes y nobles para exigir rescates. En tiempos más recientes, el secuestro ha sido utilizado por grupos terroristas y simples criminales con fines políticos, económicos o una mezcla de las dos razones

Casos famosos:

El secuestro de Charles Lindbergh Jr. (1932): Hijo del aviador Charles Lindbergh, fue raptado y posteriormente encontrado sin vida. Su caso derivó en la "Ley Lindbergh", que endureció las penas por secuestro en EE.UU.

Patty Hearst (1974): Nieta del magnate William Randolph Hearst, fue secuestrada por el grupo terrorista Ejército Simbionés de Liberación y, bajo coacción, participó en actividades delictivas.

Ingrid Betancourt (2002-2008): Política colombiana secuestrada por las FARC y liberada tras seis años en un operativo militar.

El estremecedor y mediático caso de Elizabeth Smart (2002): Adolescente secuestrada en EE.UU. y rescatada nueve meses después después de vivir un verdadero infierno. Elizabeth Smart fue raptada en su propia cama en la localidad de Salt Lake City, en el estado de Utah, en junio de 2002. Su secuestrador era un vagabundo que la madre de Elizabeth había contratado en una ocasión para hacer unos arreglos en la casa. Durante nueve meses, su captor no dejó de abusar de ella por "revelación de Dios" y con la colaboración de su esposa, que por cierto no duro mucho tiempo detenida.

En la actualidad el secuestro sigue siendo un problema grave a nivel mundial, con diversas modalidades y fines. Según organismos internacionales, países como México, Venezuela, Colombia, Nigeria y Filipinas registran altas tasas de secuestro debido a la presencia de grupos criminales y la debilidad institucional. Ninguna novedad.

Ahora bien, sabemos que el problema existe, y es muy grave. ¿Que hacer? Son muchas las medidas, pero en muchos casos utópicas dado el entorno social y político donde sucede.

Un listado breve es: Fortalecer las instituciones de seguridad mejorando la capacitación y los recursos de las fuerzas del orden. Implementar tecnologías de vigilancia: Uso de cámaras, rastreo vehicular y software de reconocimiento facial. Concientizar a la población: Campañas de prevención sobre seguridad personal. Sanciones severas: Aplicación estricta de leyes contra secuestradores y sus colaboradores.

Concluyo. El secuestro es una de las manifestaciones más crueles de la criminalidad y su erradicación requiere una estrategia integral. La combinación de medidas preventivas, respuesta eficaz y el fortalecimiento del estado de derecho son claves para reducir su incidencia y proteger a las sociedades vulnerables. O sea, aun nos falta mucho, muchísimo.

Alejandro Vázquez Cárdenas