Sufren familiares de los pacientes del Hospital Infantil bajas temperaturas
Apolinar Álvarez, 21/12/2013

Sufren familiares de los pacientes del Hospital Infantil bajas temperaturas
Morelia, Mich.

Las bajas temperaturas ocasionan estragos entre los familiares de los niños internados en el Hospital Infantil de Morelia "Eva Sámano de López Mateos", quienes en su mayoría no cuentan con los recursos económicos para costear hospedaje y alimentación mientras esperan la recuperación de sus pacientes.

El señor José Cruz Cruz, originario de Zitácuaro Michoacán, se ha visto en la necesidad de instalar un campamento en las inmediaciones del nosocomio mientras espera noticias del estado de salud de su hijo Baltazar Cruz Mondragón, recientemente herido de bala perdida mientras ayudaba a su padre en las labores propias del campo.

Una improvisada tienda de campaña en las inmediaciones del Bosque Cuauhtémoc se ha convertido en el hogar de don Baltazar por tiempo indefinido, puesto que el dinero no alcanza para costar hotel en la ciudad de Morelia ni para solventar tres comidas al día durante la recuperación de su vástago.

El salario de 50 pesos diarios como peón no ha sido suficiente para adquirir los medicamentos requeridos para el restablecimiento del menor herido, así como para la manutención de los otros tres hijos que se quedaron en casa bajo el cuidado de los abuelos.

Don Baltazar confiesa apenado que ya se agotaron los 4 mil pesos ahorrados durante varios meses de intenso trabajo como jornalero, sin embargo, con voz entre cortada asegura que no importa endeudarse cuando de por medio se encuentra la salud del mayor de sus retoños.

Mencionó que, adicionalmente a los fármacos, gasta alrededor de 600 pesos semanales en transportes de autobús y taxis para llegar al centro médico desde su localidad de origen, de donde no puede despegarse al 100 por ciento para vigilar el bienestar de sus otros hijos y "pedir dinero prestado" hasta donde sea necesario.

Comenta que además de del intenso frío, los familiares de los infantes internados deben sortear los conflictos de inseguridad en la zona de campamentos, ya que constantemente se presentan robos y asaltos por las noches.

"Mi esposa se la pasa pendiente de mi niño allá adentro del hospital y a nosotros nunca nos ha pasado nada, pero he escuchado a otras personas que se quejan de que los han robado en las noches cuando se descuidan, esperemos que no pase nada en el tiempo que nos toque estar aquí esperando que se cure mi muchacho", dijo mientras su hermano llegaba para auxiliar.

El angustiado padre de familia agradeció que algunas asociaciones se hagan presentes de manera eventual para proporcionar alimento caliente a las personas aglomeradas entre las jardineras del bosque.

Así mismo, se mostró preocupado ante la ola de inseguridad que se ha hecho presente en la región de Zitácuaro, donde anteriormente no se conocían casos de personas heridas de bala perdida.