Vecinos de la colonia Tres Puentes ubicada al poniente de la ciudad, exigieron a las autoridades municipales que sea cerrado definitivamente un Centro de Atención de Adicciones comúnmente llamados "anexos" que se encuentra sobre la calle Puente de Coatzacoalcos en el número 85 desde hace más de diez años sin contar con lo básico para poder operar y al que las administraciones anteriores, le han permitido prestar el servicio a pesar de los problemas que ha generado y los robos que se han registrado durante todo ese tiempo en varios domicilios del vecindario.

La gota que derramó el vaso fue apenas hace unos días cuando un par de mujeres "cayeron" a un domicilio lo que asustó a sus propietarios que tuvieron que salir despavoridos de su propio hogar en espera de que alguna autoridad les ayudara para sacarlos de la casa.

Detallaron que de manera recurrente personas intoxicadas quien sabe con qué sustancia, entran a los domicilios pidiendo a los dueños que los "escondan" para no regresar al anexo lo obligó hace unos días a los vecinos a llamar a los inspectores del Ayuntamiento para que verificaran las condiciones en las que está operando el lugar.

Tras la revisión de los inspectores, resultó que no contaban con permiso para operar, carecen de equipo material y humano para llevar a cabo dicha actividad, no hay apoyo médico o psicológico para apoyar a quienes tienen problemas con las drogas entre otras irregularidades por lo que debido a ello, le fueron colocados los sellos de clausura.

Los vecinos indicaron que nuca aprobaron la instalación de dicho centro y han comprobado que desde que se instaló en su colonia, los robos a casas habitación se han incrementado de manera considerable al grado que tienen que colocar rejas en puertas y ventanas además de instalar malla en las bardas para evitar el ingreso de estas personas que a más de un colono le han sacado tremendo susto.

Por último, pidieron a las autoridades municipales evite la reapertura del centro y así, se evitarán los robos, los sustos a los propietarios de las casas y sobre todo, la zozobra en la que viven mujeres, niños y ancianos que a diario tienen que lidiar con los enfermos internados.