JUL 072024 Revalidar el trono queda a tres pasos de distancia y eso empiezan a ser palabras mayores en Wimbledon. Carlos Alcaraz ofreció este domingo una demostración de recursos en la Centre Court de Londres, donde un año atrás escribió uno de los capítulos más especiales de su vida. El dueño de la copa dorada, que también atrapó Roland Garros semanas atrás, sigue manejándose con una naturalidad absoluta en escenarios de leyenda. Aunque la mirada de Londres pese como pocas en este deporte, los hombros del murciano parecen preparados para sostener cualquier expectativa. El vigente campeón aprobó un examen sin referencias en el césped, superando por 6-3, 6-4, 1-6, 7-5 al francés Ugo Humbert para alcanzar los cuartos de final. Aunque al otro lado de la red encontró al único Top 20 al que jamás había enfrentado, Alcaraz desenredó el partido anudado a sus grandes fortalezas: una movilidad de otro planeta, un tacto supremo para las dejadas y una solidez absoluta en el fondo de la pista, capaz de sostener al momento los grandes cambios de ritmo de su adversario. En una jornada de máxima expectación en Londres, con el legendario Rod Laver presente en el Royal Box de la Centre Court, Alcaraz asumió los galones como vigente campeón para instalarse entre los ocho jugadores más fuertes del torneo. Si el ecuador del Grand Slam requiere una prueba de dureza, Carlos completó el objetivo con mayúsculas en la capital británica. Consciente del habilidoso juego de su rival en la media pista, todo un peligro para un partido sobre césped, Alcaraz firmó un arranque de partido impecable. El murciano atravesó una primera manga de pura decisión, arrancando el 44% de los puntos al resto, una cifra notable en la superficie, y dos roturas de las manos del francés, suficiente para desnivelar el nacimiento del encuentro. Con el dominio del marcador, Alcaraz puso a prueba su concentración. El español salvó un momento clave en el corazón del segundo set, anulando cuatro pelotas de rotura en el quinto juego, el primero en el que su servicio corrió peligro real en todo el encuentro. Ese momento, que bien pudo ser un punto de inflexión en la batalla, terminó de endurecer la mente del murciano, decidido a no ofrecer un mínimo resquicio a su rival en el resto del partido. La manera de cerrar la segunda manga, obligándose a correr de lado a lado sin descanso hasta forzar el error de Humbert, terminó de activar la conexión con la grada. Aunque el silencio es una seña de identidad de la Centre Court, Alcaraz despertó el rugido de las grandes tardes en Londres. Aunque la montaña era gigantesca, Humbert se regaló un tercer set para guardar. El francés, antiguo campeón de Halle, dejó fluir sus golpes sobre hierba hasta dejar su huella en la Centre Court. Ugo apenas entregó tres puntos al servicio para recortar distancias y mandar un buen aviso al campeón: cualquier relajación en el partido podría representar una amenaza a buen ritmo. Alcaraz tomó el guante e hizo suya una cuarta manga que amenazó con salirse de control, perdiendo en dos ocasiones una rotura de ventaja y salvando un 0/40 con 3-4 que pudo ponerle al borde del quinto set. Tras superar las turbulencias, el murciano recuperó el orden para terminar el trabajo en Londres, sellar el billete a los cuartos de final y colocarse de nuevo como un gran candidato al campeonato en SW19. Tras sobrevivir en cinco mangas a Frances Tiafoe en una épica tercera ronda, Alcaraz intentó templar sus golpes para recuperar la seguridad en Londres. El murciano buscó vestirse con la solidez que le ha llevado a la cima y firmó uno de los partidos más completos del torneo para aterrizar en las rondas definitivas, esas donde la inteligencia contará como un golpe más del repertorio. Con cuatro victorias ya en la piernas, Carlos se adentra en el momento decisivo del torneo en un sector donde conviven hombres repletos de confianza. El español disputará los cuartos de final de Wimbledon ante el estadounidense Tommy Paul, reciente campeón en Queen's, o su compatriota Roberto Bautista Agut, antiguo semifinalista en Londres y renacido para la causa a los 36 años. La solidez de Alcaraz en Londres, además, le permitió añadir otra capa de grandeza a su carrera sobre la hierba del All England Club. Con apenas 21 años, Carlos se convirtió en el quinto jugador español que alcanza los cuartos de final de Wimbledon en múltiples ocasiones, siguiendo la estela de sus compatriotas Rafael Nadal (8), Feliciano López (3), David Ferrer (2) y Juan Carlos Ferrero (2). |