FEB 162021 Alfonso Mares Chapa, Delegado de UNPACTO en Michoacán, supervisó este martes los avances de la obra Casa Mamá que se construye en la comunidad de Angahuan, un albergue que prevé dar cabida a 100 niños y niñas de los pueblos originarios. Acompañado del Comisario Ejidal de Angahuan, Cosme Damián, el Delegado en Michoacán de la Unión Nacional de Productores Agropecuarios, Comerciantes, Transportistas y Obreros (UNPACTO), Poncho Mares constató que las máquinas trabajan para compactar y emparejar el terreno, donde se levantará el albergue con una inversión por el orden de los 15 millones de pesos. Desde la colocación de la primera piedra el 28 de enero hasta la primera quincena del mes de febrero, las máquinas han trabajado en el acondicionamiento del terreno, el cual ya fue trazado y será dividido en tres zonas, que son el albergue, las canchas deportivas y los locales o bodegas que estarán viendo a la calle, con el objeto de que los habitantes de la comunidad puedan comercializar sus semillas y productos que siembran. La siguiente semana los trabajos habrán de avanzar con la construcción de la cisterna y la excavación del terreno para la colocación de la tubería respectiva que requiere la obra, para el drenaje y agua potable. La inversión para esta Casa Mamá fue gestionada por el Delegado de UNPACTO en Michoacán ante la Asociación Civil, Sustentabilidad Humana, y en breve esta misma obra podrá replicarse en otros municipios como Lázaro Cárdenas. Cabe destacar que una vez que esté terminada Casa Mamá, los niños tendrán un techo para vivir, bajo el cuidado de profesionales responsables que proveerán de bienestar a cada bebé, niña, niño y adolescentes hasta los 14 años, con alimentación, educación integral, atención médica, psicológica y social. |
| Analistas |
 Ignacio Martínez ¡Un muerto más! |
 Alejandro Vázquez Cárdenas Conspiranoicos, la psicología de la desconfianza. |
 Julio Santoyo Cambio climático: creer o saber |
 Jorge Álvarez Banderas ¿Democracia universitaria? UMSNH |
 Alejandro Vázquez Cárdenas Fraudes y medicina |
 Julio Santoyo Realidad mata esperanza |
