OCT 282019 La tradición dicta adornar los altares y las tumbas con flores en noche de ánimas, las más conocidas son cempasúchil, mano de león y nube. La tradición mexicana señala que en estas fechas las almas de los difuntos regresan para convivir con sus familias y los pétalos de las flores, principalmente las de cempasúchil le sirven de guía para encontrar el sitio. Por ende los verdaderos encargados de preservar esa tradición son los campesinos principalmente los michoacanos que son líderes en la producción de este tipo de flores. Los principales municipios productores son Copándaro de Galeana y Tarímbaro al norte de Morelia. Por lo cual estos agricultores no solamente alimentan a la gente con las hortalizas que producen, sino al folclor, con las flores que cuidan contra los avatares del clima. "Es un proceso de aproximadamente 4 meses desde que siembra uno la planta, son flores delicadas, afortunadamente la cosecha se dio", explica Felipe Chávez campesino de Copándaro quién a diario llega a las 6 de la mañana para trabajar con sus propias manos la tierra. La cosecha de estos cultivos es transportada posteriormente a otros rincones del estado y de la república a tal grado que más de 1000 familias viven de esta labor en la región. En algunos otros casos como en el de Tarímbaro hay campesinos que buscan dar mayor variedad a sus cultivos y añada en la sus parcelas semillas de girasol y de Zinnias, también conocidas como Migueles. Durante la segunda quincena de noviembre los campos de estos municipios no solamente se vuelven productores de plantas, sino un verdadero deleite para la vista diríase el sitio ideal para dar la bienvenida la gente de este y el otro mundo. |