NOV 022023 Rodeada de sus hijos, hermanos, sobrinos, amigos y vecinos, Gálvez Ruiz inició la celebración este 1 de noviembre en la casa donde vivió con sus padres. En el domicilio instalaron el altar con un arco de flores de cempasúchil y al pie, sahumerios de copal, veladoras, catrinas y calaveras. Así como dulce de calabazas y tejocote. Además, ofrecieron tamales, pan de muerto y mole, alimentos que en vida gustaban a sus seres queridos que ya no están. La legisladora narró que desde niña, esta costumbre, muestra de sincretismo cultural de tradición cultural prehispánica y europea, catalogada por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, es su favorita porque le recuerda los momentos en los que, junto con su mamá, ponía un sencillo altar con panes, un poco de fruta y veladoras. Relató que su familia permanece en vela toda la noche y durante la madrugada del 2 de noviembre, junto a la ofrenda, esperan las ánimas de sus difuntos que, según la tradición, llegan a estar un rato con los vivos. Además, este 2 de noviembre, la legisladora y su familia visitan el panteón municipal de Tepatepec, donde dejan flores y velas en las tumbas de sus muertos. "Es una bella tradición, ojalá todos la conserven. Le da identidad a nuestro país y yo me siento muy orgullosa", expresó en un mensaje difundido en sus redes sociales. El altar lo coloca la familia en memoria de sus padres, Bertha Ruiz y Heladio Gálvez, abuelos, familiares y amigos que ya no están. "Más que una tradición para llorar o entristecerte, es una celebración, una convivencia porque creemos que vienen las ánimas a contarnos que están bien", señaló. Previamente, antes de salir rumbo Tepatepec, Gálvez Ruiz asistió el centro de acopio ubicado en Piedra 199, Jardines del Pedregal, en la Ciudad de México, donde pidió a los ciudadanos a seguir donando víveres para los afectados en Acapulco, Guerrero, por el huracán "Otis". |