AGO 062020 Estos estudios le permitieron estar en contacto con áreas de historia del arte y de artes plásticas, de manera que fue moldeando su sensibilidad por lo bello y comenzó a jugar con los colores. Inició a pintar en óleo de manera autodidacta por muchos años, sólo por el gusto de pintar. En el año de 1997 fue invitada por la maestra Yolanda Sereno Ayala a participar en un taller experimental para el rescate de la técnica prehispánica de Arte Plumaria, auspiciado por Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Esta técnica recibe este nombre en virtud de que sus obras son elaboradas con base en las plumas de una infinita variedad de aves. Chelo, como le dicen de cariño en su familia y sus amistades, reconoce que trabajar la técnica del arte plumario fue para ella todo un descubrimiento, porque puede sentir el vibrante colorido que en cada pluma con sus visos e iridiscencias le brinda la oportunidad de crear una amalgama de colores tal que sería imposible lograr con un pincel. Dice que pudiera decirse que cada pluma tiene vida, la vida que en cada ave se manifiesta el creador del universo y que tienen todos los colores del mundo. "Siempre doy lo mejor de mí en todo lo que hago y en las piezas que presento en arte plumario, plasmo mi corazón por el amor con el que hago lo que me apasiona", señala Consuelo Sandoval Carranza. Artesana de corazón, porque ama lo que hace y crea con sus manos paisajes, figuras, lugares, tradiciones, entre otras muchas obras de plumas, que generan en el espectador los aplausos de reconocimiento a su talento y creatividad. Prueba de ello son los seis premios nacionales que ha obtenido por sus diversas creaciones, así como once reconocimientos estatales, además de que ha participado en diversas exposiciones en museos del estado y fuera de éste. |