JUL 052013 Entre los presentes se encontraba el Papa Emérito Benedicto XVI, invitado especial del Papa Francisco, a quien los asistentes y el personal de la Gobernación han saludado con gran afecto. Los dos pontífices han permanecido uno al lado del otro durante toda la ceremonia sentados en dos sillas delante del monumento, según ha informado el Vaticano. Después de un breve saludo del cardenal Giuseppe Bertello, presidente de la Gobernación, y de la intervención del cardenal Giovanni Lajolo, presidente emérito de la Gobernación, ha tomado la palabra el Papa Francisco. "En los jardines del Vaticano --ha señalado-- hay varias obras de arte, ésta, que se ha añadido hoy, sin embargo, asume una posición de especial importancia, tanto en la disposición, como en el significado que expresa. No es sólo una obra de celebración, sino una invitación a la reflexión y a la oración, que encaja muy bien en el Año de la fe", ha apuntado. Además, ha indicado que San Miguel es la muestra de la trascendencia de Dios, que "lucha para restaurar la justicia divina" y "defiende al pueblo de Dios de sus enemigos, y sobre todo del enemigo por excelencia, el diablo". En este sentido, ha precisado que San Miguel vence porque en él es Dios quien actúa y, por ello, considera que esta escultura recuerda "que el mal ha sido vencido" y que en el camino y en las pruebas de la vida las personas están acompañadas "por los ángeles de Dios" que ayudan a "superar muchos peligros". El Papa Francisco también ha consagrado el Estado de la Ciudad del Vaticano a San José y San Miguel Arcángel. "Pedimos a San Miguel Arcángel que nos defienda del mal y lo aleje", ha subrayado. Al final el Papa ha rezado dos oraciones de consagración, para San José y San Miguel Arcángel, ha hisopado el nuevo monumento y ha dado su bendición a los presentes. |