MAY 162016 Este enorme barco de 362 metros de eslora, 66 de manga y 72 de altura desde la línea de flotación -el equivalente de un edificio de 20 pisos- partió hacia las 13H45 locales (11H45 GMT) ayudado por dos remolcadores, espectáculo seguido desde la costa por unas 70 mil personas, según el ayuntamiento, pero también desde el mar por decenas de embarcaciones y desde el aire. Amarrado en el puerto de Saint-Nazaire, el gigante de los mares, construido en los astilleros STX France con un coste cercano a los mil millones de euros, comenzó su delicada maniobra con marea alta después de haber hecho sonar la sirena. Los espectadores siguieron sus evoluciones en un silencio casi religioso, agitando pañuelos blancos o inmortalizando con sus cámaras o teléfonos este momento "magnífico, único, emocionante", como lo describió Pierre, que llegó desde Nantes, a unos 60 kilómetros de distancia. Cuando el barco se alejaba, a Evelyne se le escapó una lágrimita. "Se ha ido. Lo hemos visto evolucionar, crecer durante tres años. Es como cuando se va un hijo", dijo esta vecina de Saint-Nazaire. El "Harmony of the seas", con capacidad para seis mil 360 pasajeros y dos mil 100 tripulantes, fue entregado el jueves a su propietario, la compañía estadounidense Royal Caribbean International (RCI), una filial del grupo RCCL que explota ya 24 barcos de crucero en todo el mundo. Tras un crucero inaugural a partir de Southampton, el barco con pabellón de Bahamas se dirigirá a su puerto base, Barcelona, para iniciar sus cruceros de una semana por el Mediterráneo hasta finales de octubre, antes de ser reposicionado en el Caribe. |