OCT 212024 Al comparar su vida con la de una mariposa, que tras un largo proceso sale de su capullo, Herlinda rememoró que fue a los ocho años cuando comenzó a aprender la alfarería y a los 14 años a cristalizar sus propios diseños, bajo la guía de su madre, a quien también le costó proseguir con esta actividad al integrarse a una familia que se dedicaba exclusivamente al campo. Fue así que a escondidas y con ayuda de una vecina, su madre pudo proseguir con su labor dentro de la alfarería y siguió instruyéndola. Desde su taller, la ganadora del Premio Estatal de las Artes Eréndira 2024 en el ámbito de las Artes Tradicionales, expresó que, como parte de su trayectoria ha ganado diferentes premios y fue precisamente al término de un certamen que Guadalupe Hernández Dimas, a quien considera como su segunda madre, la contactó para invitarla a participar en un proyecto relativo a temas de salud y medio ambiente; concretamente al manejo de la Greta, material que por su contenido de plomo resultaba muy dañino para el ser humano. Decidida a prepararse para salvar dicho obstáculo ante la resistencia de los alfareros y temerosa de que su padre no le permitiera capacitarse, Herlinda superó la situación y pudo tomar diversos talleres, a fin de dominar la técnica del esmalte sin plomo, reto que pudo vencer, "no con peleas, sino con paciencia y amor", lo que la ha llevado a obtener diferentes distinciones y es considerada entre las grandes maestras y maestros del Arte Popular Mexicano de la Colección Fomento Cultural Banamex. Este 2024, al recibir el galardón del Premio Estatal de las Artes Eréndira, expresó que, tras una dura lucha contra el cáncer, se reconoció como cualquiera de sus obras. "Soy como el barro y tuve ser tratada hasta encontrar mi brillo", concluyó. |