MAR 082023 "Después de ahí nos dijeron que teníamos que tener la preparatoria si queríamos continuar en esta área y pues yo no la tenía concluida, aquí terminé mi preparatoria y después para estar en lo que es la Policía Procesal nos pidieron tener una licenciatura, la cual también la terminé, sabatina, duré tres años cuatro meses y pues también logré estar en las salas de Oralidad como policía procesal", relató. Madre de cuatro varones y una mujer que van de los 14 a 25 años de edad, Laura ha dividido su vida en ser madre de familia, custodia y elemento de la Policía Procesal, donde ha pasado de la operatividad en el penal, los traslados de internos al área de cocina, donde desde hace año y medio prepara alimentos con las manos y el corazón para sus compañeros. "Se abrió lo que es la cocina de la Policía Procesal y ahí tuve otra experiencia mucho más diferente, la cual también es muy bonita y no por el hecho de estar en la cocina es que yo dejé de ser policía procesal, también hay que tomar decisiones desde la cocina y el hecho de que te agradezcan lo que haces por ellos, aunque sea unos frijolitos, unos huevitos, eso es lo que yo me llevo y todo es con muchísimo cariño". Para Laura y todas las mujeres que integran la Policía Procesal de Michoacán, el apoyo que otorga el Gobierno del Estado con capacitación y profesionalización ha sido fundamental para el buen desempeño de su trabajo, en el que el respeto a los derechos humanos de las personas privadas de la libertad es lo más importante en su proceso de reinserción a la sociedad. "La Coordinación (del Sistema Penitenciario del Estado de Michoacán) nos ha otorgado muchos apoyos y no por el hecho de ser mujer nos han hecho menos, habemos mujeres custodias muy valientes, la satisfacción es que no nos hacen menos", compartió. |