MAR 032022 En el caso de los pescados, se debe elegir sólo aquellos que tengan ojos húmedos, brillantes y cristalinos; piel firme y brillosa, escamas bien adheridas y olor fresco y a mar. Se debe rechazar el pescado cuando los ojos estén opacos, grisáceos, hundidos o secos; tenga olor desagradable, la piel esté flácida, las escamas se desprendan fácilmente y las agallas se encuentren oscuras, viscosas o verdosas. Si el pescado o los productos de mar se compran congelados, se debe evitar descongelarlos a temperatura ambiente, puesto que al hacerlo se permite el desarrollo de bacterias en la carne que después cocinamos ya contaminada. Para descongelarlos es preferible: llevarlos del congelador al refrigerador, cocinarlos directamente, colocarlos directamente en el chorro de agua sin que ésta se estanque o utilizar microondas. Es importante saber que cuando los productos se descongelan ya no se deben volver a congelar dado que pueden contar con microorganismos generados por falta de higiene durante la manipulación, venta y almacenamiento de los productos, y pasa lo mismo cuando los pescados no son refrigerados o congelados. |