SEP 212019 Ya no volvió a verle en persona, pero muchos años después tuvo la idea de ordenar cronológicamente la vida y obra de Iglesias, en una biografía que se publica ahora con motivo del 50 aniversario del arranque de su carrera. «El libro arranca con su nacimiento, e incluso antes, con su padre, que también era otro personaje muy interesante, con aventuras en la Guerra Civil, una temporada en prisión... Desde ahí he ido avanzando, poniendo en orden muchos artículos y reportajes que se han ido publicando sobre él, con la principal motivación de reivindicar su obra musical por encima de otras consideraciones, algo que en España no solemos hacer. He buscado críticas de sus discos, y apenas las hay». Una de las cosas que fascinan al autor de esta biografía es «lo claro que tenía que quería triunfar. Cuando tuvo un accidente que lo dejó postrado un año y medio, él se arrastraba por los pasillos de su casa para evitar quedarse en ese estado tan joven. Eso forma parte de cómo se ha forjado su leyenda. Su historia tiene mucho de novelesca: un futbolista que se tiene que queda mucho tiempo hospitalizado, al que le dan una guitarra de forma inesperada, y de pronto se pone a rasgarla y decide convertirse en músico. Nunca dejó de llamar a puertas para lanzar su carrera, nunca se rindió, y cuando alcanzó el éxito no se acomodó. Cuando entraba al estudio no salía hasta que todo estaba perfecto, y ahora sigue en primera línea, celebrando con una gira el medio siglo que lleva sobre los escenarios». El libro no es una biografía autorizada, pero Julio, que cumple 76 años este próximo lunes, sabe de su existencia y no ha mostrado recelo alguno ante su publicación. «Yo tengo muy claro que la mejor biografía de Julio Iglesias sólo puede escribirla Julio Iglesias», asegura García Blesa, que también encuentra «muy evidente» que en España no respetamos a nuestros héroes de la música popular tanto como en otros países europeos. «La relación de Julio con España ha sido solo de amor, pero la de España con Julio ha sido de amor y odio, porque en este país no se acepta el éxito de los demás. España maltrata al triunfador. Cuando una estrella de otro país triunfa, ya es grande para siempre. En España no, aquí si no estás siempre al pie del cañón, a la segunda que falles te crucifican. Tenemos un ejemplo clarísimo con Camilo Sesto. La gente se quedó con la imagen de los ochenta, pero nadie pone en valor que fue una figura capital en la música española». Con información de ABC. |