DIC 232015 La Navidad se hospeda en el oriente michoacano, sitio donde se combinan la remembranza con el colorido de la fiesta. Una Navidad más acorde con su significado, nacimiento, porque en esta tierra se crea y se cosecha cuando llega el invierno. Los canteros elaboran piezas dignas de pararse a observarlas, los campesinos presumen los frutos de su trabajo, auténticos manjares. Las mariposas llegan a los bosques y las esferas navideñas lucen todo su esplendor en Tlalpujahua, donde es más notoria la festividad. El color y las formas son tan variadas que uno no sabe a dónde voltear, las artesanías son diversas, ya no solo tienen figura esférica, hay también cúbicas y aplanadas. Ahí es Navidad todo el año, pero entendiendo que para los foráneos tal vez no llegue a serlo más allá del próximo 25 de diciembre, la tradición se ha adaptado y se pueden hallar esferas dedicadas a otro tipo de fechas como la temporada de futbol, el festival del jazz y hasta la noche de brujas. Todo en el oriente, se vuelve un pretexto para visitarlo, sea Navidad o no. |