MAR 142013 Atentos, observan lo que cuentan los mayores, "ya vienen los sicarios", "dicen que en la noche van a entrar y nos van a matar", "estamos cansados de las extorsiones y de los secuestros", es lo que escuchan con evidente temor los niños de Felipe Carrillo Puerto, "La Ruana". Desde que se inició la lucha el 24 de febrero del presente año, en el pueblo no hay clases: "No mandamos a los niños a la escuela por miedo, llegan los maestros y solo va uno que otro chiquillo, pero los regresan, estamos aterrados por la delincuencia", manifestó una mujer, quien es madre de dos jovencitos, uno de siete años de edad y otro de diez. Muchas veces entre la multitud se ve a los pequeños, quienes se acercan a la "bola", a oír lo que sucede y aunque parece que muchos no lo comprenden es todo lo contrario, la dura situación los hace madurar a pasos agigantados en lo que es una niñez mancillada por el fenómeno de la delincuencia, que usa el terror para imponerse. Algunos de los chiquitines y otros ya mayores, pero aún con sus rostros de inocencia, recorren las calles con sus papás para vigilar la comunidad. Corren por la plaza, andan en bicicletas y motos, las niñas se corretean unas a otras y los varoncitos patean un balón, hay ocasiones que en medio de toda la problemática ellos viven dentro de su mundo sin importar lo que pase, pero otras es más difícil separarse de la realidad y como sus papás, también temen por sus vidas. Algunas criaturas en los brazos de sus madres le dicen adiós a los federales o a los militares, no saben quiénes son, pero les llama la atención sobremanera su sola presencia. Estos muchachitos y señoritas de La Ruana, son los futuros hombres y mujeres que narrarán a sus hijos y a sus nietos el día en que su pueblo se levantó en armas contra el crimen, pero que por el momento tienen un destino incierto que tristemente y tal vez nadie en el poder quiera voltear a ver. |