
DIC 072025 Hoy, nos encontramos ante una encrucijada histórica que ya no admite retórica vacía. La realidad nos ha golpeado con la brutalidad de los hechos: el marco del Plan Michoacán —intento federal de intervención y rescate— reclama anclaje de largo plazo en la intervención federal, que día tras día se contrasta con la realidad y los hechos, simbolizados trágicamente en sucesos de alto impacto como el magnicidio de figuras públicas como Carlos Manzo, referido en el contexto de esta reflexión como el punto de quiebre de la seguridad estatal y el asesinato de activistas, profesionistas y docentes en el cumplimiento de su deber. Ante este escenario dantesco, surge una verdad incómoda pero liberadora: el modelo de la gobernabilidad —entendido como el mero control político, la contención de la protesta y la administración de la inercia— ha caducado. Michoacán debe transitar, con urgencia y valentía, hacia la gobernanza educativa. No se trata de un juego de palabras; es la diferencia entre administrar el desastre y construir el futuro. El Espejismo de la Gobernabilidad: Administrando la Inercia Durante años, y particularmente en la administración actual, se ha confundido la rectoría del Estado con la capacidad de pagar la nómina a tiempo. Se nos ha dicho, que vivimos "ciclos escolares completos" y que la "justicia laboral" ha llegado. Sin embargo, la gobernabilidad que presume el régimen es frágil y epidérmica. Se basa en la ausencia de ruido, no en la presencia de armonía. La gobernabilidad tradicional en Michoacán ha consistido en apagar fuegos: contener a las expresiones gremiales, dispersar recursos a través del Programa Presupuestal U-080 para evitar el colapso financiero, y emitir comunicados triunfalistas —ya cien veces repetidos— sobre el pago puntual de quincenas. Pero pagar salarios es una obligación patronal básica, no un logro heroico. Esta visión reduccionista asume que, si las escuelas están abiertas, aunque sea a medias y los maestros cobran, el sistema funciona. Pero la realidad nos desmiente. ¿De qué sirve la "gobernabilidad" administrativa si el crimen organizado decide qué escuelas abren y cuáles cierran en Tierra Caliente? ¿De qué sirve la estabilidad laboral si un maestro como Antonio Benjamín muere al pisar una mina terrestre en Apatzingán mientras se dirige a su escuela? La gobernabilidad que no garantiza la vida ni la seguridad de la comunidad escolar es propia de un estado fallido maquillado de burocracia; un barco sin timón que encallará inevitablemente. El magnicidio referido y la violencia sistemática contra docentes y líderes sociales demuestran que el Estado, por sí solo, ha sido rebasado. La verticalidad del "Plan Michoacán" y las estrategias de seguridad centralizadas no han logrado pacificar el territorio ni blindar a las escuelas. La disminución de homicidios dolosos y la detención de delincuentes de cuarto nivel de mando no puede ser sinonímico de construcción de condiciones para la paz y el desarrollo a largo plazo. Recordemos que, la violencia ha permeado los muros escolares, convirtiendo a las comunidades educativas en rehenes de disputas territoriales, cobro de piso y reclutamiento forzado de menores. La Gobernanza: Un Nuevo Contrato Social Educativo Frente al fracaso del control vertical, la gobernanza emerge como la única ruta viable. A diferencia de la gobernabilidad, que busca la obediencia y el orden, la gobernanza implica la construcción de redes de colaboración, corresponsabilidad y participación de todos los actores sociales en la toma de decisiones. La gobernanza educativa que proponemos desde Mexicanos Primero Michoacán no es una abstracción teórica; es un entramado dinámico de estructuras y actores —gobierno, sociedad civil, empresarios, academia, familias y docentes— que interactúan para planificar, implementar y supervisar la educación. Es transitar del gobierno que ordena al gobierno que colabora y permite colaborar. En el contexto del Plan Michoacán y la crisis de seguridad actual, la gobernanza significa reconocer que la Secretaría de Educación no puede sola. Necesita de los ojos vigilantes de los padres de familia, de la experticia de las organizaciones civiles, de la protección de las comunidades organizadas y de la inversión del sector privado. Este tránsito hacia la gobernanza se sustenta en tres pilares fundamentales que hemos defendido durante tres lustros: 1.La Triple Inclusión: Estar, Aprender y Participar. No basta con la cobertura (estar). Necesitamos garantizar que los estudiantes aprendan (calidad/excelencia) y que participen activamente en su formación y en la vida democrática de su escuela, con condiciones dignas y libres de violencia. La gobernanza exige que las comunidades escolares tengan voz y voto en cómo se administran los recursos, cómo se adapta el currículo a su realidad local y cómo se protegen sus entornos. 2.Transparencia Radical y Rendición de Cuentas. La gobernabilidad se alimenta de la opacidad; la gobernanza exige luz. Necesitamos un sistema de monitoreo en tiempo real —un "clasómetro"— que informe día tras día, grupo por grupo y escuela por escuela, si hubo clases y por qué, La ciudadanía tiene derecho a saber no solo cuánto se gasta, sino qué resultados de aprendizaje se obtienen. La opacidad actual sobre el abandono escolar y el rezago educativo es incompatible con un modelo de gobernanza. 3.Autonomía y Participación Social Real. Los Consejos de Participación Escolar no pueden seguir siendo figuras decorativas para validar decisiones tomadas en escritorios lejanos. Deben convertirse en verdaderos órganos de gobierno escolar, con capacidad para gestionar riesgos, auditar el uso de recursos como "La Escuela es Nuestra", el aprovechamiento máximo de las becas escolares, programa estrella de la actual administración, así como el impacto real del reparto de ejemplares de libros y tenis, a la par que exigir condiciones dignas de infraestructura, equipamiento, conectividad y mantenimiento para los planteles escolares. Propuestas para la Acción: De la Retórica a la Realidad Para que la transición de la gobernabilidad a la gobernanza sea efectiva, especialmente en un estado herido por la violencia, propongo una serie de acciones concretas, urgentes y viables, basadas en la evidencia recopilada en nuestra bitácora educativa: 1. Atlas Estatal de Riesgos Educativos y Protocolos de Seguridad Comunitaria. No podemos seguir reaccionando con improvisación ante la violencia o los desastres naturales. La gobernanza implica prevención compartida. Proponemos la creación de un Atlas de Riesgos Educativos que identifique, escuela por escuela, las vulnerabilidades por inseguridad, clima o infraestructura. Pero este atlas no debe ser un documento secreto de seguridad pública; debe ser una herramienta comunitaria que permita activar protocolos de protección civil y seguridad diseñados con la gente, no para la gente. Necesitamos corredores seguros vigilados por la comunidad y las fuerzas del orden, y declarar a las zonas escolares como espacios neutros y de paz. 2. Política Pública Magisterial Transversal. El conflicto magisterial en Michoacán no se resuelve con represión ni con cesiones inconfesables bajo la mesa. Se requiere una política pública magisterial construida desde la gobernanza. Esto implica separar la agenda política de la agenda educativa. Necesitamos dignificar al magisterio no solo con salario, sino con formación continua pertinente, seguridad social plena y, crucialmente, protección ante la violencia. Un maestro amenazado o extorsionado no puede enseñar. La gobernanza implica crear mecanismos de protección a docentes en zonas de riesgo, avalados por organismos de derechos humanos y sociedad civil. 3. La Figura del Nutriólogo y el Psicólogo Escolar. La educación integral requiere atender el cuerpo y la mente. Ante la crisis de obesidad y la prohibición de comida chatarra, la gobernanza sugiere no solo prohibir, sino educar y acompañar. La incorporación de nutriólogos escolares y psicólogos que atiendan la salud socioemocional de estudiantes traumatizados por la violencia es una inversión indispensable. Estos profesionales deben integrarse a la comunidad escolar no como externos, sino como parte del ecosistema educativo. 4. Una "Mochila" Ética y Técnica para Funcionarios. La gobernanza requiere un nuevo perfil de servidor público. Hemos propuesto metafóricamente una "Mochila para funcionarios educativos" que deben cargar quienes toman decisiones. Esta mochila debe contener: la Constitución (legalidad), un mapa detallado del estado (territorialidad), libretas de taquigrafía para escuchar a la gente (empatía) y herramientas de medición (rigor técnico). Ya no hay lugar para la improvisación ni para el funcionario de escritorio que desconoce la realidad de la Meseta Purépecha o la Tierra Caliente. 5. Evaluación de Aprendizajes como Derecho. La resistencia a la evaluación ha sido una bandera política, pero su ausencia es una violación a los derechos de los niños. La gobernanza exige saber qué y cómo estamos aprendiendo. Proponemos un sistema estatal de evaluación de aprendizajes independiente, participativo y no punitivo. Solo con diagnósticos precisos podemos trazar rutas de mejora. Negar la evaluación es negar el derecho a la mejora continua. Conclusión: Un Llamado a la Esperanza Activa Michoacán no está condenado al rezago ni a la violencia. Tenemos una historia de lucha y una riqueza cultural inmensa. Pero el tiempo se agota. No podemos permitir que otra generación se pierda entre el abandono escolar, la migración forzada o las filas del crimen organizado. Transitar de la gobernabilidad a la gobernanza en la educación estatal es el acto político más revolucionario que podemos emprender hoy. Significa poner a las niñas, niños y jóvenes verdaderamente al centro. Significa que el presupuesto se decida con criterios de equidad y no de clientelismo. Significa que cada escuela sea un territorio de paz donde se construya la felicidad y la ciudadanía. Desde Mexicanos Primero Michoacán refrendamos nuestro compromiso de ser esa voz crítica pero constructiva, ese contrapeso necesario y ese aliado en las causas justas. No nos conformamos con "ciclos escolares completos" en el papel; exigimos trayectorias educativas completas en la vida. La educación es el camino para recuperar Michoacán. Pero no cualquier educación: una educación gobernada por todos, defendida por todos y para el beneficio de todos. Merecemos un gobierno educador, sí, pero, sobre todo, merecemos ser una sociedad educadora que no deje a nadie atrás. El futuro de Michoacán no se decide en los despachos de seguridad, sino en las aulas. Hagamos que cada escuela sea un faro de gobernanza que ilumine la oscuridad de la violencia. Es tiempo de actuar. Es tiempo de educar, para construir gobernanza como legado y cosechar democracia como resultado. Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en X en @Erik_Aviles Visita nuestro portal electrónico oficial: www.mexicanosprimeromichoacan.org *Doctor en ciencias del desarrollo regional y director fundador de Mexicanos Primero capítulo Michoacán, A.C. |