ABR 192023 Originario de Pátzcuaro, Carlos Rangel observa las calles, la arquitectura, el lago, las montañas y los personajes. Pinta la fiesta, los diversos estados de ánimo, los colores del agua, los verdes de las montañas y el blanco y rojo de la arquitectura patzcuarense, y los plasma en lienzos que integran esta obra. En este conjunto de obra se pueden ver pinturas de tema costumbrista como el paisaje. Por otro lado, se inspira en la riqueza visual, de fábulas y leyendas de la zona lacustre y en las máscaras usadas en las danzas con motivo de diferentes festejos. Caras de papel maché acompañan las pinturas de escenas y escenarios donde en su mayoría habitan personajes, ya sea ficticios o referenciales a nuestro cotidiano, los paisajes también son grandes personajes. En el color, el expositor trabaja con contrastes complementarios, las composiciones en algunos casos son a partir de una forma al centro del cuadro y en otras, logra el equilibrio de la misma, distribuyendo los diferentes elementos en todo el espacio. La técnica que maneja en la pintura principalmente es el óleo y el encausto a base de pigmentos y cera sobre soporte rígido. A esta mezcla se le puede aplicar calor para que los colores se derritan y se mezclen. Carlos Rangel pasa del lienzo al papel y al engrudo, donde construye rostros inspirándose en la gran tradición que tiene su tierra y en la cultura prehispánica. Interpreta y reinterpreta, basándose en la observación de la vida en Pátzcuaro y sus alrededores: las fiestas patronales, los diferentes eventos donde se mezcla la danza, la música y la religión. |