JUL 092016 El segoviano, de 29 años, estaba inmerso en la faena de muleta a ese primer toro de su lote, cuando el animal, de nombre "Lorenzo", se le vino al cuerpo, lo derribó y, una vez en el suelo, volvió a embestirlo introduciéndole un cuerno por debajo de la axila derecha y apretando su cuerpo contra la arena. Inmediatamente fue conducido a la enfermería de la plaza, donde, según fuentes presenciales, entró con la mirada perdida y prácticamente sin vida. Los médicos no pudieron nada más que certificar su muerte pocos minutos después. El parte médico es una ristra de incompatibilidades, una secuencia aterradora de heridas imposibles. "No se ha podido hacer nada", se resignaba la doctora Ana Cristina Utrillas, cirujana jefe de la plaza de toros, con los medios. La "perforación del pulmón derecho y aorta torácica, con disección hasta el hemitórax izquierdo", dicen que tocó el corazón, anegó los esfuerzos médicos y dejó postrado el cuerpo sin brillos ni alamares sobre la camilla de la enfermería. La noticia corrió como reguero de pólvora; los tendidos, sobrecogidos, no daban crédito a lo que trascendía desde el callejón de la plaza de Teruel, donde abundaron las lágrimas y los abrazos entre los miembros de la cuadrilla del joven Barrio y los demás compañeros de luces que allí estaban junto a él. Especialmente significativo fue el llanto desconsolado de Morenito de Aranda, apoyado sobre las tablas del callejón. Tanto trascendió el triste suceso que el director de lidia, Curro Díaz, que se había hecho cargo del animal que mató a Barrio, se encontraba en ese momento en la faena al cuarto toro, hizo un gesto a la presidencia para que finalmente se suspendiera el festejo. Tanto Díaz como Morenito pasaron momentos después a la enfermería, junto a las cuadrillas, para dar su último adiós al cuerpo sin vida de su compañero, tras lo que volvieron a salir entre lágrimas y sollozos. La tragedia se había vuelto a adueñar de una plaza de toros española después de 25 años. El fallecimiento de Víctor Barrio es la primera acaecida en España en lo que va del siglo. Las muertes de los toreros Francisco Rivera "Paquirri" (Pozoblanco, Córdoba, 1984) y José Cubero "Yiyo" (Colmenar Viejo, Madrid, 1985), así como las de los banderilleros "Manolo Montoliú" y Ramón Soto Vargas (ambas en 1992), fueron las últimas muertes en ruedos españoles. |