NOV 302015 "Este era un proyecto que Juguemos a Grabar persiguió desde hace varios años y por fin se logró", fueron las palabras de Sonia Aburto, directora de la Asociación Civil, Juguemos a Grabar, al clausurar las actividades de capacitación cinematográfica con uno de los sectores más vulnerables de las sociedad. En compañía de las 25 niñas y niños, integrantes del curso, sus familiares; de Luisa Quijano, Asesor Técnico -Pedagógico de Atención a la Niñez Migrante de la SEE; Alberto Camarillo, director del Albergue del Jornalero Agrícola Migrante; de maestras y maestros de la localidad; la directora de Juguemos a Grabar agradeció que esta actividad se haya logrado, gracias al interés y participación de las instancias involucradas, pero sobre todo al apoyo del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), ya que con el recurso económico otorgado, fue posible llevarlo a cabo de manera gratuita. Durante el acto se proyectó el primer corte, de lo que será una pieza documental de mayor duración, en él, las niñas y niños explicaron cómo aprendieron a trabajar en el campo y de qué manera enfrentan su realidad mientras sus padres o familiares salen a trabajar a las parcelas durante su estancia en Michoacán, antes de emigrar a otras partes del país. Cristela, una niña de 12 años de edad, quien tiene la responsabilidad de cuidar a su sobrina, de apenas un año y medio, agradeció la oportunidad que tuvieron de jugar con las cámaras de video, de dibujar, de hacer música, escribir sus historias y bailar. Por su parte Lupillo, de 13 años, manifestó que el estudio y el trabajo en el campo le gusta, ya que es una forma de ayudarle a su mamá y a su papá, su deseo es continuar como jornalero, en las parcelas de jitomate. La maestra Quijano expresó su satisfacción por haber concluido las sesiones de trabajo, ya que gracias a Juguemos a Grabar y el cine se reconoce una problemática, no solo educativa, sino de salud. El curso de cine infantil, "Las Niñas y los Niños Jornaleros" fue impartido durante tres fines de semana, del 14 al 29 de noviembre, dentro del Albergue del Jornalero Agrícola Migrante, en el corazón de Yurécuaro. |