ABR 192016 "Me enfrento a un golpe de Estado que no sigue la forma tradicional, pero es un golpe, porque está disfrazado como un proceso legal para perpetrar el delito más abominable contra una persona, que es condenar a alguien que es inocente". Rousseff acusó a la oposición de practicar una estrategia sistemática para crear un ambiente de inestabilidad, bloqueando la aprobación del presupuesto en el Congreso y otras propuestas de ley. "Tengo la conciencia limpia porque no hay ilegalidad en estos actos y todos saben que es así. No hay nada contra mí, no hay una acusación de apropiación incorrecta de dinero público o de enriquecimiento, por eso siento la injusticia", señaló la presidenta, quien ahora deberá esperar a la votación del Senado que decidirá si se continúa con el proceso de juicio político. Si el Senado vota a favor del juicio, la presidenta será suspendida del cargo por los 180 días que dura el proceso, y el vicepresidente Michel Temer tomará su lugar. En caso de ser encontrada culpable, será destituida y no podrá volver a postularse para ningún cargo en al menos ocho años. La mandataria, acusada de violar leyes de responsabilidad fiscal al trasladar recursos de bancos públicos a programas sociales, señaló que esas acciones no son ilegales: "No tienen beneficio para mí, no me enriquecí indebidamente por este acto. Tengo la conciencia en paz porque practiqué estos actos que han sido llevados a cabo por todos los presidentes". |