AGO 052018 Recordó que, en segundos, empezó a llover con todo y granizo. Contó que el avión despegó, pero sintió que se perdió el control. "Se cayó, volvió a tratar de levantarse y volvió a caer por segunda vez", relató. La mujer, de 73 años, quien iba acompañada de cuatro familiares, platicó la experiencia de sobrevivir, mientras lloraba. "Se fue corrido, se llevó muchos árboles. No sabíamos cómo iba a parar todo esto", relató. Dijo que cuando el avión se detuvo, una aeromoza alcanzó a abrir la puerta por donde varias personas salieron. Los llevaron lo más lejos que se podía y, de repente, escuchó una explosión en el avión y vio que éste se incendiaba. Llegó la Cruz Roja, los subieron a las ambulancias, conduciéndolos a hospitales. "Fue una experiencia horrible, no pensamos que la fuéramos a librar, hubo muchos golpeados, muchos niños gritando, muy feo", platicó. Esperanza recordó que sintió desesperación durante esos momentos de caos; trató de alcanzar su bolsa, pero ya se había ido hasta abajo. "Me duele la espalda, pero siento alegría porque gracias a Dios estamos bien", refirió. Esperanza había llegado a Durango para vacacionar con su familia; iba de regreso a Chicago, Estados Unidos, donde actualmente reside. A la mujer no le importa ahora haber perdido el vuelo ni sus pertenencias, pues señaló que lo más importante es que está viva. "Fue una experiencia horrible, pero una lección muy grande que uno debe valorar cada día que tiene de vida porque no sabe cuándo se le va". |