MAY 082013 Los policías ministeriales y del Grupo de Operaciones Especiales así como un agente del Ministerio Público, parecieran que fueron olvidados por sus superiores, pues hasta las 20:00 horas de este martes habían cumplido 78 horas privados de su libertad por normalistas y educadoras. Durante el recorrido que este medio pudo hacer en exclusiva por el interior del pueblo, se pudo conocer que durante el trayecto, en la población de Arantepacua existe un filtro con costales llenos de arena y piedras, además de una manta en la que manifiestan su rechazo a la reforma educativa. Más adelante, en la desviación a Nahuatzen se aprecia el cierre de la carretera con piedras y a un costado un filtro de costales con arena, mientras que algunas personas adultas con palos en las manos y acompañadas de niños, observan los vehículos que por una orilla del camino se dirigen hacia este pueblo de Turícuaro y que por teléfono reportan presumiblemente a los normalistas. A distancia, en las faldas del cerro de la localidad se alcanzan a ver pipas, camiones, autobuses y algunos automóviles, que han sido secuestrados por los normalistas y sus compañeras de las escuelas de educadoras, por lo que, una vez dentro del pueblo las jovencitas empezaron a cuestionar el motivo de la presencia de este medio. Al ir caminando por la plaza principal y levantar la vista hacia el balcón del edificio que albergan las oficinas del Comisariado, uno de los policías ministeriales se levanta y saluda como queriendo mandar un mensaje a sus familiares o bien a sus superiores que, con su expresión les recordaban que ahí seguían retenidos. Mientras tanto, el grupo de jovencitas de escuelas de educadoras pidieron las identificaciones de los medios que representamos ya que dijeron que pudiera tratarse de alguna autoridad, sin embargo, la intervención amable y decidida de las autoridades de esta comunidad indígena nos dio seguridad, a pesar de que nos obligaron a mostrarles las gráficas y videos que se habían captado en el trayecto, con un tono de voz prepotente y con muestras de querer demostrar superioridad, por lo que al no permitir el acceso al lugar donde se encuentran los uniformados, pues para ellos se perdió la esperanza de poder enviar un mensaje en el que seguramente clamarían la intervención inmediata de sus compañeros para que los rescataran. Enseguida, las cosas se calentaron y los normalistas recibían instrucciones de alguien al otro lado de las líneas de sus celulares, por lo que en determinado momento intentaron retenernos siguiendo nuestros pasos por la calle y hasta el vehículo pero, nuevamente la oportuna intervención de las autoridades locales, permitieron que siguiéramos el camino de regreso acompañándonos a la salida del pueblo en donde también una joven estudiante abordó el vehículo en que viajábamos para evitar que captáramos más imágenes. |