JUN 242013 Son como ángeles para la sociedad, llegan a ayudar en los momentos más difíciles y sus manos son símbolo de alivio, de tranquilidad, arriesgan sus vidas por poner a salvo a las de los demás y su espíritu es siempre altruista, ellos son los paramédicos, quienes este lunes festejan su día. Sinnúmero de ocasiones son las que estos héroes anónimos han ayudado a personas lesionadas u enfermas, sin importar el uniforme, todos hacen su mejor esfuerzo por auxiliar a la ciudadanía. Muchas veces con historias tristes, los rescatistas forjan su carrera, se llenan de experiencia y de madurez, aunque el hecho de ver morir a una persona no se supera jamás, por lo cual día a día se esfuerzan por ser mejores para así salvar a la gente que cae en sus manos. Acostumbrados a convivir con el sonido diario de una sirena, con el continuo parpadear de los códigos y con el sonido del radio que anuncia que hay un servicio que cubrir, todo ello los pone en alerta hasta en su día de descanso. Día y noche trabajan por el prójimo, a veces con uniformes viejos, con falta de equipo, pero su labor les gusta, les motiva y para ellos es un estilo de vida, algo que difícilmente pueden dejar. Sentir la adrenalina, escuchar un gracias, ser abrazado por la satisfacción de haber auxiliado a alguien más, ver a un niño sonreír, es para estos hombres y mujeres su mejor pago. Incontables anécdotas cuentan los veteranos paramédicos a los jóvenes que apenas comienzan en esta labor y sin querer, se convierten en formadores, en maestros. Por todo ello, los socorristas ameritan un merecido reconocimiento y por qué no, una oración para que Dios los cuide como ellos lo hacen con los demás. Este día (lunes) paramédicos de varias corporaciones acudieron a la parroquia de María Trono de la Sabiduría, a espaldas de Ciudad Universitaria, en esta capital, para elevar una plegaria al cielo por dejarlos estar en este mundo y ser lo que son: instrumento de ayuda a la humanidad. |