FEB 142024 Al adquirir pescados se debe elegir sólo aquellos que tengan ojos húmedos, brillantes y cristalinos; piel firme, con brillo y las escamas bien adheridas. Debe tener olor a mar y a fresco y se debe rechazar cuando los ojos están opacos, grisáceos, hundidos o secos; tenga olor desagradable, pútrido, a amoniaco o rancio. Si la piel está flácida, las escamas se desprenden fácilmente y las agallas se encuentren oscuras, viscosas o verdosas, el pescado se debe evitar, ya que puede estar echado a perder y así se evita una intoxicación. La SSM recuerda que las personas que consumen pescados o mariscos descompuestos pueden llegar a padecer adormecimiento de extremidades, palpitaciones, fiebre, diarrea y vómito y si estos síntomas no son atendidos a tiempo, pueden provocar daños más severos y prolongados. Los productos más peligrosos son aquellos que se consumen parcialmente cocidos o crudos, como: almejas, camarones, pescado, ostiones y mejillones y para no enfermar, deben cocerlos o freírlos, pues el limón no mata la bacteria del cólera, como en los ceviches y cocteles. Al momento de comprar, también es importante revisar que el personal que despacha presente apariencia limpia y mantenga los productos en refrigeración o congelación. |