MAY 022013 Todas las señales que ha enviado el Gobierno de México a Estados Unidos indican que la administración de Enrique Peña Nieto no está dispuesto a poner el territorio nacional como campo de batalla de una estrategia fijada desde Washington, coincide la prensa internacional. Previo a la visita del presidente Barack Obama a México, la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) informó que entre enero de 2007 y marzo pasado se registraron más de mil 750 muertes violentas de menores en hechos vinculados con la guerra. Los datos de Redim destacan que el sector más vulnerable es el de los adolescentes entre 15 y 17 años y los estados más peligrosos son Chihuahua, Nuevo León, Guerrero, Sinaloa y Tamaulipas. También calcula que siete de cada 10 menores asesinados lo son por armas de fuego. El promedio mensual de defunciones fue de 15 en 2010, 20 en 2011, 24 en 2012 y 50 en lo que va de 2013. Febrero de 2011 y junio de 2012 fueron los meses que registraron el mayor número de muertes: 34 en cada mes. El director de Human Rights Watch para las Américas, José Miguel Vivanco, el lunes anterior escribió al presidente Obama una crítica a su administración por la complicidad en las violaciones de derechos humanos relacionados con la guerra contra las drogas. "Una de las iniciativas políticas más sorprendentes reveladas por Peña Nieto es el cambio en la estrategia para hacer frente a la delincuencia asociada con los cárteles de la droga. En febrero se comprometió a invertir miles de millones de dólares en programas sociales para hacer frente a las causas profundas de la delincuencia", reseñó la televisora Katar Al Jazeera. "Tal vez lo más preocupante para Estados Unidos es la restricción de la distribución de recursos e inteligencia entre los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley en México y aquél país". Lo dice porque el domingo anterior, el diario The Washington Post reveló cuán involucrado estuvo Estados Unidos en la guerra de Calderón, que ha durado ya más de 6 años: "La administración del ex presidente Felipe Calderón había concedido a los aviones espía de Estados Unidos acceso al espacio aéreo mexicano con el propósito de recolección de inteligencia. Drones de Aduanas y Protección Fronteriza habían volado desde bases en los Estados Unidos en apoyo de incursiones militares y de la Policía Federal mexicana contra blancos de la droga y para el seguimiento de los movimientos que permitieran establecer "patrones de la vida, sospechosos. Los Estados Unidos habían proporcionado señales electrónicas de alta tecnología, sensores de tierra, equipo, dispositivos de teléfonos móviles de seguimiento y reconocimiento de voz, herramientas de análisis de datos, equipos de piratería informática y cámaras de aire que podían leer las matrículas de tres millas de distancia". En una conferencia de prensa en la Casa Blanca el martes, Obama reconoció que todavía no sabe si las relaciones bilaterales van a cambiar. Las críticas hacia México por este cambio en la relación bilateral no se han hecho esperar. |