MAR 312018 El arzobispo Carlos Merlos Garfias se refirió a este evento como el recuerdo del momento más doloroso, pero también más alegre, pues él confirma los cristianos la misericordia de Dios. Las luces de la avenida principal de la ciudad se apagaron y la Catedral parecía un faro púrpura que llamaba a los fieles a celebrar la pasión de Cristo y consolarse mutuamente a través de la fe. Luces sombras y tambores crearon la atmósfera la que se lamentó la crucifixión pera la vez se celebró la esperanza de la vida eterna. |