| ENE 262025 Jannik Sinner conquistó este domingo el tercer título de Grand Slam de su carrera deportiva, defendiendo el trono del Abierto de Australia para cimentar su posición en la cima del circuito. Pese a competir por primera vez con la vitola de vigente campeón en un torneo de este calibre, el italiano exhibió una frialdad absoluta para proteger el territorio. Si los grandes escenarios son una prueba de madurez, el de San Cándido mostró un talante muy superior al de sus 23 años. El No. 1 del ATP Rankings descifró la propuesta de Alexander Zverev, derrotando al alemán 6-3, 7-6(4), 6-3 para hacerse con un duelo por el control del vestuario. En un partido que enfrentó a las dos primeras raquetas del ATP Tour, el italiano demostró una fortaleza innata para atacar los partidos de significado especial, marcando el terreno ante uno de los rivales más complicados de su carrera profesional. "Hemos trabajado mucho para estar aquí y es algo increíble compartir este momento con todos vosotros", dijo Sinner a su equipo. "Parte del equipo está en casa, como mi familia, pero es maravilloso compartir estos sentimientos con vosotros. Darren [Cahill], sé que probablemente es tu último Abierto de Australia como entrenador y me alegra compartir este trofeo contigo. Todo comenzó cuando integré nuevos entrenamientos y fisioterapeuta, así que me hace feliz teneros aquí". "Me gustaría poner en valor a Sascha", dijo Sinner tras consolar a Zverev, emocionado entre lágrimas antes de la ceremonia de trofeos. "Tienes un equipo increíble a tu lado y eres un jugador fantástico. Sigue creyendo en ti mismo, todos los jugadores y entrenadores sabemos lo fuerte que eres como jugador y persona. Sigue trabajando duro, estamos convencidos de que levantarás un trofeo de estos muy pronto". Sinner apartó de su mente un historial negativo a varios niveles. Poco importó que Zverev acumulase más victorias en la rivalidad, que tuviera dominado el cara a cara en los Grand Slam o que el balance en superficie dura sonriese al alemán. Lejos de convertir los recuerdos en un lastre, el italiano se encargó de confirmar un presente deportivo estelar, atrapando el primer duelo entre ambos con una copa en juego. Con el abrigo de la noche, en la Rod Laver Arena apareció un vigente campeón dispuesto a no dejar de serlo. Sinner afrontó una primera manga que fue una declaración de intenciones, sin permitir que Zverev se sintiera superior en los peloteos de fondo. El italiano, que golpeó la derecha con una furia permanente, movió al alemán sin descanso en el fondo de la pista, sin entregarle una sola opción de quiebre en todo el parcial. La rotura en el octavo juego fue suficiente para despegarse en el marcador y afectar mentalmente el partido. Desde ese momento, Zverev necesitó competir con el aliento del primer favorito pegado a su cuerpo. El alemán, que vio convertido cada turno de servicio en una tarea obligada, se aferró a una segunda manga estrecha como pocas. Alexander se obligó a no perder la esperanza en un set donde Sinner multiplicó sus virtudes de defensa, ilustradas en un punto agotador con 5-6 30/30 que pudo colocar al germano con pelota de set. El italiano terminó atrapando el tiebreak y, sin un rasguño en el servicio tras dos mangas, viendo de reojo la opción de recuperar el trofeo. El control de los momentos decisivos volvió a ser territorio de Sinner, que llegó a la final con una racha de 20 triunfos consecutivos por manejar como nadie ventajas en el marcador. El No. 1 mundial mantuvo la intensidad en los peloteos al inicio del tercer parcial, suficiente para rebasar la paciencia de Zverev y asestar el golpe de gracia al partido. El italiano quebró en el sexto juego (4-2) cualquier esperanza de remontada, abriendo definitivamente su camino hacia el trono de Melbourne. |
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