MAY 032012 "Los agujeros negros son un poco como los tiburones; consideramos, sin razón, que son máquinas perpetuas de matar. En realidad, están tranquilos la mayor parte de sus vidas. Pero ocasionalmente una estrella se aventura demasiado cerca y se desencadena el frenesí carnicero", explicó Ryan Chornock, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, coautor del estudio publicado en la revista Nature. Se cree que la mayoría de galaxias del universo alberga uno de estos agujeros masivos, con una masa de entre un millón y mil millones de veces la de nuestro sol. Algunos se pueden detectar gracias a la intensa radiación que emiten cuando aspiran gas. Pero si el entorno de los agujeros es pobre en gas, los destellos son débiles, por los que es difícil estudiarlos, al menos que se les sorprenda en pleno almuerzo, como hicieron Chornock y Suvi Gezari, de la universidad estadunidense Johns Hopkins. El 31 de mayo de 2010, a través del telescopio Pan-STARRS 1 en Hawai, descubrieron una luz inesperada procedente de una galaxia situada a 2 mil 700 millones de años luz. La luz se fue intensificando hasta alcanzar su punto culminante el 12 de julio, antes de desvanecerse gradualmente. "Observamos el fin de una estrella y su digestión por parte el agujero negro en tiempo real", explicó Edo Berger, quien participó en el estudio. La luz emanaba de un agujero negro supermasivo que estaba hasta en entonces en estado "durmiente" con una masa de tres millones de masas solares, equivalente a la del agujero negro situado en el centro de nuestra galaxia. La estrella estaba tan cerca que las "fuerzas de la marea" generadas por el campo de gravedad del agujero negro la desmembraron. Los gases que la constituían fueron aspirados por el monstruo cósmico, haciendo aumentar tanto la temperatura que provocaron la luz detectada por los astrónomos. Por su parte, Sgr A* (Sagittarius A estrella), el agujero negro supermasivo de nuestra galaxia, se dispone a tragarse próximamente una gran nube de gas que se le aproxima. En el verano de 2013, la nube se acercará a 40 mil millones de kilómetros del "horizonte de los acontecimientos" del agujero negro, límite a partir del cual lo que ocurre sigue siendo indetectable. |