SEP 162012 Soldados y marineros que regresan de sus misiones en el extranjero y, según una vieja tradición, abrazan apasionadamente a sus seres queridos, aunque esta vez los besos y caricias son de personas del mismo sexo. Ha pasado ya un año desde que se derogó una prohibición de que los homosexuales presten servicio abiertamente en las fuerzas armadas de Estados Unidos. El fin de la política conocida popularmente como "dont ask, dont tell" ("No preguntes ni digas") ha permitido a los gays y lesbianas en las fuerzas militares desempeñar sus funciones sin tener que ocultar ese aspecto de su intimidad, sin tener que mentir ni mantener en secreto absoluto sus preferencias sexuales. El Pentágono sostiene que la derogación fue adoptada sin contratiempos, sin efectos adversos en la moral, reclutamiento o preparación de las fuerzas armadas. El presidente Barack Obama ha defendido la derogación como un logro de su primer mandato y su adversario republicano, Mitt Romney, ha indicado que no derogará la nueva disposición de llegar a la Casa Blanca en lugar de Obama. Algunos detractores siguen quejándose que la derogación ha perjudicado a aquellos militares cuya religión condena la homosexualidad. Los incidentes de amedrentamiento de los homosexuales no han desaparecido. A ello se suma la frustración de los activistas de que las familias de los gays y lesbianas que visten el uniforme no disfrutan de los mismos beneficios y servicios a disposición de otras familias militares. Con todo, existe un sentimiento generalizado de que la derogación ha producido mucha más alegría y alivio que decepción e indignación. Hay pruebas tangibles en fotos en internet, como el contingente militar desfilando el día del orgullo homosexual en San Diego o la del sargento de Infantería de Marina Brandon Morgan en brazos de su novio al regresar de una gira de seis meses en Afganistán. Decenas de miles de personas vieron la foto en Facebook y Morgan reconoció que fue "un gran momento de la historia". "Empero, nuestra intención no era que circular por todo el mundo", reconoció el Marín. "Solamente estábamos encantados de estar juntos". |