FEB 162017 Debido al exceso de trabajo de las edecanes, quienes tienen jornadas de 8 de la mañana hasta la una de la madrugada, decidieron cambiarse al Sindicato Demócrata de Empleados Municipales de Morelia (SIDEMM). Ante tal decisión, Jorge Molina Bazán giró un documento a Contraloría, fechada la misiva el 19 de septiembre del 2016, donde pide la baja de tres empleadas, bajo la excusa de que ellas habían entrado en una zona de confort y ya no rendían en sus encomiendas. Desde que las tres jóvenes hicieron el cambio de sindicato, fueron hostigadas continuamente por Miriam López, encargada, y Diana López, coordinadora del departamento en cuestión; además, directamente Molina Bazán se ha atrevido amenazarlas y jalonearlas en público. Acompañadas de Ernesto Santamaría, líder del sindicato que pertenece las víctimas, narraron los abusos e irregularidades que Jorge Molina Bazán ha realizado en contra de los trabajadores que están bajo el yugo de su poder. Denise Martínez, dijo tener 3 años de empleada con contrato de confianza, señaló que Molina Bazán las mandaba a cubrir eventos personales, atender a funcionarios y políticos, así como trabajar en campañas y hacer proselitismo. Mónica Vargas, tiene 5 años y cuenta con base, indicó que cuando ella estaba embarazada, sus jefas la molestaban porque estaba "gorda" y no le quedaban los uniformes, y para "castigarla" le ponían doble turno, pese a su estado físico. Isabel Torres, también tiene 5 años y plaza, comentó que un día por no acompañar a un político, amigo de Molina Bazán, éste la jaloneo, enfrente de todos los asistentes del evento; también contó que el dirigente, una vez al año, las invita al puerto de Acapulco, en un viaje todo pagado, "según sin compromiso", pero, si éstas se niegan, son castigadas y calificadas como aburridas por el propio dirigente. Finalmente, Rebeca Vergara, quien tiene 17 años de antigüedad, señaló que su caso ha sido diferente, porque Molina Bazán le ha hecho la vida difícil, con cambios de puesto, sueldos bajos y movimientos de horario. "Un día me dijo que me iba a matar, eso fue en su oficina, había gente de testigo", comentó la mujer. Cabe destacar, que este tipo de hostigamiento también lo padecen los hombres, porque no hay nadie quien le diga o pare a Molina Bazán, pues han pasado administraciones y administaciones, sin que se haga el cambio o pase algo en contra de su nepotismo, "influyetismo", malos manejos, corrupción, acoso laboral y demás irregularidades que le han permitido, señaló Santamaría, quien pidió que no se juzgaran a las mujeres, porque son unas valientes, ya que se decidieron a denunciar. |