JUL 292019 A 40 minutos, aproximadamente, del Aeropuerto Internacional de Mérida (Yucatán) se encuentra el único museo vivo del Henequén, se trata de la Hacienda Sotuta de Peón. La belleza, paz y tranquilidad de este lugar se combinan con una historia que data de más de 160 años cuando esta construcción inició en 1856 como una fábrica de fibras de henequén para la producción principalmente de cuerdas, costales y tapetes. "Al entrar a esta hacienda es como entrar a una máquina del tiempo porque nos transporta al pasado y así la gente puede darse la oportunidad de observar cómo funcionaban las haciendas de Yucatán y lo que esta gran industria impacto al mundo entero", relata Juan Burgos, guía del lugar. Por 100 años está industria (producción de henequén), fue la base de la economía del estado de Yucatán, al ser un producto de exportación mundial; sin embargo, la creación de otro tipo de fibras, como el naylón, y el petróleo, frenaron su prospero crecimiento, aunado a que se trata de un proceso muy tardado. "El proceso del henequén es muy lento desde que se recolectan los vástagos y cuando alcanzan una altura de 40 centímetros se vuelven a replantar, para finalmente esperar 7 años para empezar a cortar hojas con un promedio de 7 hojas cortadas cada 6 meses". La planta del henequén puede vivir hasta 25 años, tiempo en el que puede producir entre 340 y 360 hojas, insuficientes para hacer una paca de henequén (que puede pesar entre 180 200 kilos) para lo cual se requieren entre 8 a 10 mil hojas. Hoy en día, existen varios proyectos para rescatar esta industria; no obstante, se requiere de una gran inversión. Además de la parte histórica, la Hacienda Sotuta de Peón ofrece la maravillosa experiencia disfrutar de la naturaleza, de un circuito en carreta, de un espectacular cenote (Dzul ? Ha) de cristalinas aguas y ubicado debajo de una caverna? sin duda, uno de los muchos atractivos que el estado de Yucatán tiene para presumir al mundo entero. |